Qué  se dice

Qué  se dice

Desde el piso 19.- Al sancocho,  que nadie quiere probar debido a su amargo sabor, acaban de agregarle un nuevo ingrediente que lo hará más intragable aún, si acaso eso es posible: la defensa del expresidente Leonel Fernández al proyecto de reforma  diseñado por el gobierno para conjurar el déficit fiscal, que el exmandatario atribuyó al subsidio eléctrico y a la crisis –¡asómbrese–! del 2003. Las reacciones a esos pronunciamientos van del asombro a la indignación, pasando por la diatriba y el sarcasmo (algunos comentaristas radiales propusieron al doctor Fernández Reyna para el  Premio Nobel de Economía), y es probable que le meta un ruido enorme a las discusiones de los tecnócratas del gobierno con el Consejo Económico y Social.

También deja en el aire la  pregunta inevitable, pues hasta hace muy poco el discurso era otro muy distinto.  ¿Qué paso entonces con la boyante economía de la que tanto se ufanó durante su última comparecencia ante la Asamblea Nacional?  Es difícil saber lo que pasa por la cabeza de un hombre como el doctor Leonel Fernández, quien a su paso por el poder parece haber adquirido el hábito de mirar  la realidad nacional desde un helicóptero, desde el  cual –dice– se aprecia mejor el Nueva York Chiquito que nos deja como legado, o desde el piso 19 del rascacielos de la Gran Manzana donde tiene su despacho como presidente de la Global Foundation for Democracy and Developmen, que antes ocupó la exprimera dama y actual secretaria de Estado de los Estados Unidos Hillary Clinton. ¿Cómo esperar entonces que entienda las vicisitudes de los que vivimos aquí abajo,  simples mortales que a duras penas sobrevivimos en este paraíso de progreso y bienestar a punto  de ser tragado por  un agujero de 187 mil millones de pesos?

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