Qué se dice

Qué se dice

Superados los efectos de la resaca electoral, desde la desbordada euforia de los ganadores hasta las lamentaciones de los inconsolables perdedores, es de esperar que las aguas retornen a su nivel y que el país vuelva, así sea con los tropezones de siempre, a la normalidad. Por eso hay que ver como lo más natural del mundo que decenas de pacientes con complicaciones renales, que llevan dos semanas sin dializarse debido a la falta de equipos y medicamentos, acudieran ayer al hospital Salvador B. Gautier a implorar que el gobierno preste atención a la dramática situación que atraviesan. La salud de esos pacientes, según la señora Martina García, vocera del grupo, depende del presidente Mejía, o mejor dicho de los 50 millones que el mandatario se comprometió a buscar para reparar las máquinas de hemodiálisis y abastecer de medicamentos el centro asistencial. )Se apiadarán las autoridades de las angustias de esa gente? Solo Dios, en su infinita misericordia, conoce esa respuesta.

[b]Se busca un culpable[/b]

Probablemente nunca llegue a saberse, porque esas cosas son imposibles de medir, hasta dónde influyó en la debacle electoral del Partido Reformista Social Cristiano las afinidades y coqueteos que se le atribuyeron, desde la elección misma del ingeniero Eduardo Estrella como su candidato presidencial, con el PPH y sus afanes reeleccionistas, pero no hay dudas de que ese será uno de los puntos más sensitivos en la reunión que tiene programada para hoy su Comisión Ejecutiva. Entretanto ya se escuchan, altisonantes, las voces que exigen la renuncia inmediata de la dirigencia reformista, al igual que los reclamos al candidato para que explique qué pasó con el partido que recibió con una aceptación del 24% entre el electorado, obtenido en las elecciones del 2002, que ahora muestra, tras la catástrofe del pasado 16 de mayo, un «humillante» 8 por ciento. Endosar toda la culpa de ese descalabro al ingeniero Eduardo Estrella no solo es un exceso sino también una gran injusticia, pues resulta obvio que para un entierro de ese tamaño hace falta más de un sepulturero.

[b]Que hablen las bases[/b]

Muchos son los argumentos que podrían esgrimir quienes alentaron la decisión de la Comisión Política del PRD de expulsar, en forma sumaria, al licenciado Hatuey Decamps y otros cuatro dirigentes, acusados de alta traición por negarse a respaldar la candidatura reeleccionista del presidente Mejía, pero será muy difícil que cualquiera de esas explicaciones impida que crezca la percepción generalizada de que se trata, pura y simplemente, de un chivo expiatorio. En el PRD, lo saben hasta los chinos de Bonao, se impone una reestructuración desde arriba hasta abajo, y la histórica derrota sufrida en las urnas es un excelente pretexto para actuar en consecuencia. Sobre todo si se permite a las bases decidir, en una convención ordinaria, quiénes son los responsables de la desgracia que les sobrevendrá a partir del 16 de agosto, y cuál es el castigo que merecen. )No les parece buena idea?

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