Qué se dice

Qué se dice

Son el dedo malo de este Gobierno, los responsables de cuanta bellaquería se perpetra, en nombre del Poder, en cualquier rincón de la república. Pero un atento examen al itinerario seguido por los traviesos chicos del PPH obliga a reconocer que, por lo menos hasta ahora, todo cuanto han urdido les ha salido a pedir de boca. No hay motivo, entonces, para dudar de la eficacia de sus maniobras, o -peor todavía- para subestimar su capacidad para alcanzar sus objetivos, por más ambiciosos o descabellados que parezcan.

Ya lo demostraron en el Congreso Nacional, cuando allanaron el camino de la reelección del presidente Mejía, pero también en la Junta Central Electoral, donde una Cámara Contenciosa a la medida de sus necesidades empezó ya a rendir sus frutos. Si es cierto, como señala con insistencia el rumor público, que el PPH está detrás de las turbulencias que amenazan a la Suprema Corte de Justicia, tal vez sea prudente que el doctor Jorge Subero Isa se amarre bien el cinturón de seguridad y se prepare a resistir, con pie firme, todo lo que le viene encima.

[b]Olvidos[/b]

Si fuéramos cronistas deportivos habría que decir, inevitablemente, que el doctor Pedro Franco Badía, secretario de Interior y Policía, la sacó por los míticos 411 del Estadio Quisqueya. Ahora resulta, según el muy particular criterio del funcionario, que los arrestos de cientos de dirigentes populares, a los que la Policía Nacional vincula con la organización de la huelga, buscan tan solo protegerles la vida de eventuales atentados criminales. Y no tanto porque, cinismos aparte, uno ya está acostumbrado a escuchar las más variadas excusas para justificar esos excesos como por el hecho, ciertamente paradójico, de que sea un perredeísta de la vieja guardia quien se despache con semejante explicación. Los perredeístas, desde aquella histórica avanzada que pisó suelo dominicano el 5 de julio de 1961, han sufrido incontables persecuciones, sobre todo en los turbulentos doce años del doctor Joaquín Balaguer. ¿O todo eso ya se olvidó?

[b]Buscando la salvación[/b]

Todo hace pensar que seguiremos batiendo la ley de Lemas por un buen rato, y que de tanto traer y llevar el susodicho engendro terminaremos escuchando las más insólitas justificaciones que pueden ser capaces de parir nuestros poco imaginativos políticos. Como el senador Cesar Augusto Matías, por ejemplo, quien asegura que la ley del voto preferencial presidencial, la misma mona pero con otro traje, salvará de la destrucción a las más importantes organizaciones políticas del país, el PRSC y el PRD, una razón lo suficientemente poderosa como para hacerla aprobar, contra viento y marea, en el Congreso Nacional. Una afirmación tan atrevida habrá de provocar, lógicamente, el rechazo de la dirigencia reformista, pero tal vez explique lo que ocurre en el «otro» PRSC, donde algunos de sus dirigentes parecen necesitar, desesperadamente, una dosis urgente de salvación.

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