Solo un país tan especial puede darse estos lujos, aunque no faltará quien lo atribuya a nuestra particular manera de ser democráticos. El doctor Pedro Manuel Casals Victoria, asesor económico del Senado, se ha mostrado partidario, en carta remitida a los medios de comunicación, de que la huelga general de 48 horas iniciada ayer se convierta en indefinida, como una forma de obligar al Gobierno a cambiar el rumbo de su gravosa política económica.

A juicio del economista una demanda de esa naturaleza tendría muchas posibilidades de éxito, sobre todo si condiciona el levantamiento del paro a la renuncia del gabinete completo, no la del presidente Mejía, como se atrevió a exigir Narciso Isa Conde y su Fuerza de la Revolución.

Casals Victoria no explica, sin embargo, qué pasaría con el país si esa gente, tan aferrada a sus carguitos, se niega a renunciar de todas maneras, como tampoco explica Narciso mediante cuál mecanismo seleccionaríamos al sustituto de la persona a la que se escogió, en elecciones libres y democráticas, para que nos gobierne durante cuatro años.

[b]Verdolaga electoral[/b]

Cuando llega la vendimia electoral, florecen como la verdolaga tras la estación de las lluvias. Estamos hablando de los llamados «frentes externos», de todos esos movimientos que surgen al margen de los partidos políticos, y que han probado ser tan productivos a la hora de canalizar simpatías hacia tal o cual candidato.

La primera experiencia exitosa con estos frentes fue la «Avanzada Electoral», que contribuyó al ascenso al poder del doctor Salvador Jorge Blanco, en 1982, y de ahí para acá se han convertido en una fuente adicional de apoyo, traducido en votos contantes y sonantes, para muchos aspirantes presidenciales. En esta oportunidad las cosas no han sido diferentes, pues por ahí anda el movimiento de apoyo el doctor Leonel Fernández, candidato favorito según todas las encuestas, para coger y dejar.

El más reciente ha sido bautizado «Movimiento Nacional Los Vecinos con Leonel», que preside un tal Fremio Facenda, otra prueba mas de las simpatías que sigue sumando el candidato peledeísta, pero también del extraordinario sentido de la oportunidad del que hacen gala muchos de nuestros compatriotas.

[b]El mismo muerto[/b]

Tal vez hubiera sido preferible, conocida la «nota aclaratoria», que el doctor Jorge Subero Isa dejara eso así. Y que el famoso muerto, que tanto intrigó a una opinión pública consternada por su anuncio de que estaba evaluando su renuncia, permaneciese en el más absoluto de los anonimatos.

Según explica el magistrado Subero en su nota en ningún momento se refirió a casos específicos, ni mucho menos a situaciones que involucren a sus compañeros de tribunal, al señalar que no estaba dispuesto a cargar con el susodicho difunto, para colmo ajeno, cuando en realidad se refería a «situaciones extrañas» a las decisiones de nuestra Suprema Corte de Justicia.