Qué se dice

Qué se dice

Papelazo.-  A riesgo de que se interprete como un esfuerzo por  aligerar la  culpa de  la magistrada Roxana Vásquez, en la picota pública por haberla puesto en libertad, me siento  obligado a decir  que  lo único que   puede devolverle  credibilidad a los organismos de seguridad  tras su infeliz desempeño  en el caso de la  fuga   de Sobeida Morel Félix  es atrapando cuanto antes a la prófuga y su compañero sentimental, el boricua José Figueroa Agosto, propietario de los US$4.5 millones que la hicieron famosa y señalado por las autoridades como el cabecilla de una poderosa red de narcotraficantes con ramificaciones internacionales, pero esa no parece una tarea fácil de llevar a cabo si se toma en cuenta el tiempo que se ha perdido, la ausencia  de pistas concretas a las cuales dar seguimiento  y, más que nada, la probada capacidad operativa de los prófugos y sus socios, cómplices, protectores o como usted prefiera llamarles. Claro está, después del regaño presidencial en Palacio  (¿para qué otra cosa reuniría a sus despistados subalternos el Comandante en Jefe?)  algo tienen que hacer para cumplir una orden que no necesitaban, que realmente no hacía falta que recibieran si asumimos que cada quien debe conocer cuáles son sus responsabilidades,  así que dejémosles que se reúnan y se entretengan haciendo planes y trazando estrategias, aunque cuidándose –eso sí– de compensar con excesos  pasadas deficiencias y omisiones. Sin embargo, lo cierto es que solo el tiempo, que termina borrándolo todo (mucho mas  cuando la memoria es corta, un defecto o una virtud, según se mire, del llamado pueblo dominicano) hará que  olvidemos el  triste papel asignado en el guión de este culebrón de mala muerte a nuestros organismos de seguridad.

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