Qué se dice

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Lecciones de un follón
Admitida, por parte de la Refinería Dominicana de Petróleo, la paternidad del follón, y admitidas, también, las excusas públicas de Arístides Fernández Zucco por el mal momento que nos hizo pasar el misterioso mal olor, tal vez sea oportuno señalar que se echó de menos, en medio de la situación de emergencia que, en un momento determinado, todos creíamos vivir, una voz autorizada en el gobierno que pusiese al tanto a la ciudadanía de lo que estaba ocurriendo y las medidas a tomar.

Estamos hablando de información oportuna, veraz e inteligente, que no tansmitiese alarma pero sí firmeza, pero más que nada capaz de infundir confianza, una palabra clave en tan difíciles circunstancias. Utilizar un popular programa radial para servir esa primera y necesaria información pudo parecerle la más atinada al secretario de Industria y Comercio para informar a una población que ya empezaba a ponerse histérica por la falta de orientación, pero es obvio que no fue ni la forma ni el canal más adecuado, como lo demostró la posterior intervención del presidente de Refidomsa, que acrecentó aun más la confusión general. Hay que dar gracias a Dios, de todas maneras, porque la cosa no pasó de un follón, bastante maloliente por cierto, lo que no quita que tomemos nota de algunos errores que podría ser fatal volver a repetir.

El orden de los factores

La secretaria de Educación Alejandrina Germán negó ayer que sean 57 las escuelas de Santiago cuyos trabajos de reparación de sus estructuras se encuentran paralizados, tal y como han venido denunciando, de manera machacona, dirigentes regionales de la Asociacion Dominicana de Profesores, aclarando de paso que en realidad son 31 los planteles que esa cartera tiene programados reparar en esa provincia. La funcionaria explicó que de esas 31 edificaciones ya se está trabajando en ocho, y que el resto -23 en total- se encuentra en un proceso de contratación de las firmas constructoras a las que se asignarán los trabajos. De 23 a 57, dicho sea en favor de doña Alejandrina, hay una gran distancia, pero la funcionaria debe reconocer también que, tratándose de escuelas que en estos momentos deberían estar albergando a miles de estudiantes en sus aulas, 23 siguen siendo demasiadas.

Auditando «desaparecidos»

El país se ha cansado de escuchar, de un tiempo a esta parte, que la insuficiencia de agentes que sufre la Policía Nacional obedece al hecho de que cerca de la mitad de los miembros de la institución prestan servicio en áreas ajenas a su misión fundamental, y que tanto al anterior jefe policial, el general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, como al mayor general Bernardo Santana Páez, les ha resultado imposible hacer regresar esos agentes a cumplir sus responsabilidades naturales, pues sus nuevos «patronos» se niegan a soltarlos y nadie en el gobierno se atreve o le interesa reclamárselos. Ahora nos sorprende el general Santana Páez anunciando una «auditoría» para determinar dónde y al servicio de quién están esos agentes «desaparecidos», con la advertencia de que no permitirá, «bajo ningún concepto», que los miembros de la institución sean apartados de sus tareas básicas.¿Será verdad tanta belleza?

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