Qué se dice

Qué se dice

Especulación

El gobierno ha prometido, en medio del ensordecedor coro de voces de protesta por las alzas de productos de consumo masivo, que tomará medidas para evitar la especulación por parte de comerciantes inescrupulosos, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo, como muy bien sabe por experiencia una población que ha sufrido en carne propia su indefensión ante las implacables reglas de un «mercado» en el que le toca siempre el papel de víctima. Enviar una lista a los comercios y negocios identificando los artículos que sí deben experimentar alzas de precios a causa de la reforma fiscal, como se ha anunciado, es oportuno pero resulta insuficiente, pues deberá ser la propia población, a la hora de comprar y pagar, la que eche su pleito con los especuladores, un pleito en el que el consumidor, que no tiene dónde quejarse ni quién castigue a los que esquilman sus bolsillos, llevará siempre la peor parte. Así las cosas no hay forma de evitar que ocurra lo que tanto teme el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, el doctor César Pina Toribio: que el costo político de esas irritantes alzas se cargue a la cuenta del PLD, que para eso es el partido de gobierno.¿O no?

Pronósticos

Con todo el respeto que merecen parasicólogos, adivinos, astrólogos, videntes, brujos, augures y demás hierbas aromáticas hay que decir que no hace falta una bola de cristal ni artilugio parecido para estar en capacidad de pronosticar un año 2006 plagado de problemas y dificultades para los dominicanos y las dominicanas, al igual que carece de mérito alguno predecir una tormenta cuando en el cielo asoman, amenazantes, los negros nubarrones. ¿Cómo no pronosticar alzas en el costo de la energía si se dejará «flotar», por recomendación del funesto FMI, la tarifa eléctrica? ¿Cómo no vaticinar que el 2006 será difícil para la política dominicana si se trata de un año electoral en un país donde los políticos lo complican todo? Para anunciar desastres no necesitamos parasicólogos ni adivinos; para provocarlos con los políticos nos basta y sobra.

De emplazamientos y alianzas

Solo puede ser fruto de la especulación, porque no hay forma de medirlo, todo lo que se diga o escriba sobre el impacto que tendría en el PLD, en sus posibilidades electorales, romper con un aliado tan confiable como lo ha sido hasta ahora la Fuerza Nacional Progresista que encabeza Marino Vinicio –Vincho– Castillo, siempre y cuando este cumpla su amenaza de abandonar la alianza si el PLD pacta con Hatuey Decamps y su Partido Revolucionario Socialdemócrata. Pero igualmente de incuantificable es el aporte, en votos contantes y sonantes, del PRSD del licenciado Decamps a una eventual alianza con el partido de gobierno, pues se trata de un partido que aun no ha demostrado su fuerza en un torneo electoral. ¿Con cuál quedarse, si hubiera que elegir entre uno y otro? La decisión, contrario a lo que pudiera pensarse, no es tan difícil, pues si bien el confeso «vinchismo» del presidente Fernández opera a favor del combativo abogado, cierto es también que su emplazamiento, tal y como prescribe el librito no escrito del Poder, resulta absolutamente inaceptable para este o cualquier gobierno que se respete.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas