Qué se dice

Qué se dice

No sería del todo justo cargarle el dado, única y exclusivamente, al mayor general Jaime Marte Martínez por el progresivo endurecimiento de los métodos policiales de lucha contra la delincuencia, que se ha traducido en un escandaloso incremento de los mortíferos intercambios de disparos. Llegado a la jefatura policial precedido de su reputación de oficial respetuoso, partidario entusiasta y convencido de la profesionalización de la institución, logró imponer su sello a pesar de las naturales resistencias, lo que se hizo evidente al pasar balance a su primer año de gestión. Pero pronto surgieron voces, de mucho peso en la opinión pública, acusándolo de ser demasiado flojo con la delincuencia, y no faltaron los desaforados que llegaron a sugerir, incluso, que se volviera a los repudiados métodos de siempre. Esas presiones, unidas a las terribles limitaciones conque trabaja nuestra institución del orden, terminaron convenciendo a Marte Martínez de la inutilidad de sus esfuerzos, por lo que los intercambios de disparos han vuelto a ser, como en los mejores tiempos del general Candelier, el arma favorita para combatir una delincuencia a la que se prefiere exterminar antes que apresar y someter a la Justicia.

[b]Los figurantes[/b]

Habrá que aceptar, para no entrar en estériles discusiones, como buenas y válidas las razones esgrimidas por Diógenes Arias, «el verdadero candidato de las bases perredeístas», como se define a sí mismo, para explicar su sorpresiva decisión de competir de tú a tú con el presidente Mejía en la convención del próximo día 18, una confrontación que evadieron liderazgos tan bien plantados en el PRD como los de Rafael Suberví Bonilla y Milagros Ortiz Bosch. Y creerle cuando asegura, contra todas las sospechas, que no tiene vínculos con el PPH, o que cuenta con el respaldo de una gran cantidad de dirigentes perredeístas, medios y altos, que apoyan su candidatura. Hasta llegar a reconocer, finalmente, que el secretario general del comité de base 005, de Sabana Perdida, se dará un lujo que muy pocos dominicanos pueden darse, en estos tiempos tan difíciles: desprenderse de cien mil pesos para no recibir nada a cambio, pues no tiene la más mínima posibilidad de vencer al Presidente en una convención en la que está llamado a ser, al igual que Polonio Pierret y el doctor Frank Joseph Thomén, los otros dos «precandidatos», un simple y oportuno figurante.

[b]Complicidades[/b]

Después de todo lo sucedido ni siquiera haría falta esperar, como acaba de proponer el presidente Mejía, que se sometan a una profunda revisión las actuaciones de la Comisión de Indultos. Pero como se está diciendo, sin que nadie lo haya desmentido hasta el momento, que varios indultados fueron incluídos en esa lista a pesar de haber sido descartados, por no reunir los requisitos que acuerda la ley, por los integrantes de esa comisión, lo justo es que esas indagatorias se extiendan también a la Dirección General de Prisiones, entidad responsable de hacer acopio de los expedientes de los presos que reúnen los requisitos para el perdón presidencial. ¿Cómo llegaron a esa lista, a pesar de las objeciones, los reos excarcelados? Ese es un misterio que las autoridades deberán resolver, siempre y cuando exista la voluntad de erradicar lo que, ante todas las evidencias, parece un negocio muy bien organizado y en el que confluyen, necesariamente, muchas complicidades que permiten que sea posible.

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