O que entre el mar…- En el mensaje anexo al proyecto de reforma fiscal sometido el pasado miércoles al Congreso Nacional, donde  una comisión bicameral se encargará de su estudio y ponderación, el presidente Danilo Medina expresa, en tono particularmente dramático, que con su aprobación está en juego la educación, la salud, la seguridad, la generación de empleos, los programas sociales, las viviendas, las carreteras; en resumen: “la realización del sueño que decidimos construir juntos”. Dichas así las cosas, cualquiera diría que el país se encuentra ante un dilema terrible, en el que está en juego su destino: o aceptamos que se nos aplique, tranquilos y sin protestar, la enema fiscal, o se hunde la isla.

La ley entra por casa.- Después de todo los visto y oído, como decía la inolvidable Susanita Morillo, a uno no le  queda más remedio que apoyar las motivaciones que inspiraron el proyecto de resolución sometido por el diputado peledeísta por Santiago Francisco Matos, en el cual solicita al presidente Danilo Medina que instruya al Superintendente de Pensiones para que investigue los sistemas de pensiones vigentes en los organismos autónomos y descentralizados, entre los que citó el Banco Central, la Dirección General de Aduanas, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) y el Ministerio de Hacienda.

Y  en caso de que encontrase irregularidades en esos sistemas de pensiones, dice la resolución, se disponga de inmediato su suspensión y se inicien los trámites que obligarían a sus beneficiaros a restituir los recursos cobrados de manera ilegal. Lamentablemente, ese proyecto de  resolución tiene un pequeño “pero” que es su mayor debilidad: olvida el viejo principio de que la ley entra por casa, al no exigir que también se revise el sistema de pensiones de nuestros privilegiados  legisladores.