Qué se dice

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Mas vale prevenir…
Muy cierto es, como señala el doctor Luis Arias, presidente de la Junta Central Electoral (JCE), que dentro de diez o quince años el país no resistirá la cantidad de legisladores que para entonces tendremos, y mas o menos lo mismo se le ha escuchado opinar al presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco. Ambos coinciden, también, en que urge poner freno a ese crecimiento incontrolado, y en que eso solo puede hacerse modificando la Constitución de la República y la Ley Electoral. Tanto Arias como Pacheco están perfectamente conscientes de lo que hay que hacer y de cómo hacerlo, pero falta lo más importante: saber si nuestros legisladores, senadores y diputados, están dispuestos a sacrificarse de esa manera por el país, y de eso ni siquiera Pacheco puede dar garantías. Algo hay que hacer, sin embargo, para atajar un problema que más temprano que tarde se saldrá de control, pues ni siquiera este absurdo paraíso tropical, tan único como especial, sobreviviría a los estragos de esa voraz plaga. No olvidemos que siempre será más fácil, y más saludable, prevenir que tener que remediar.

La nueva «línea»

El pasado miércoles una raso de la Policía Nacional lloraba desconsolada ante la negativa de un oficial del Departamento de Recursos Humanos a firmarle un documento por que, según alegaba, no había corriente eléctrica. Por uno de esos caprichos del destino el mayor general Bernardo Santana Páez, jefe policial, se tropezó con la llorosa dama en uno de los pasillos y se interesó por su situación. Una vez enterado de lo sucedido, se presentó junto a la raso al área donde los policías deben requerir todo tipo de servicios, donde preguntó al prepotente oficial que se negó a cumplir con su deber si, por casualidad, trabajaba con electricidad. El impasse, tras el respectivo arrugón al indolente, se resolvió enseguida y la mujer consiguió su ansiado documento, pero no sin que antes los presentes recibieran la advertencia del general Santana Páez de que todo policía, sin importar el rango que tenga, tiene que recibir un trato humano y respetuoso. El incidente, del que fueron testigos alistados y oficiales, ha sido muy comentado a lo interno de la institución del orden, lo que de paso ha permitido que todo el mundo se entere -desde el raso hasta el general- de la nueva «línea» bajada por su Comandante.

Damnificados

Los damnificados de Sánchez, transcurrido más de un mes del susto provocado por los deslizamientos de tierra que dejaron a cientos de familias sin hogar, están empezando a perder la paciencia, pues ni siquiera la visita del presidente Fernández ha conseguido aliviar su incertidumbre, pues todavía siguen a la espera de ser reubicados en unos terrenos que, para colmo de males, ahora no aparecen. Han sido visitados, desde que se produjo el fenómeno que concentró los ojos del país en la histórica población, por comisiones de Bienes Nacionales, de la secretaría de Obras Públicas y del Colegio Dominicano de Ingenieros y Agrimensores (CODIA), incluido el equipo de la Academia de Ciencias que recorrió el lugar junto al primer mandatario, pero todo ha quedado en veremos. Lo que esa gente empieza a creer, con razón o sin ella, es que las autoridades le están dando largas al asunto, dando tiempo a que el tema salga de los periódicos, para abandonarlos a su triste suerte de damnificados sin esperanza. Ojalá estén equivocados.

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