Coartada histórica.- Reynaldo Pared Pérez, presidente del Senado y secretario general del PLD, quiere que su compañero de partido Euclides Gutiérez Félix identifique por sus nombres y apellidos a los funcionarios que, a su juicio, se han corrompido en el ejercicio del poder, como si no fuera suficiente con exigir a los miembros de esa organización que andan por ahí exhibiendo un bienestar económico hasta hace poco inexistente que expliquen de dónde han sacado lo que hoy poseen y ostentan.
Pared Pérez también reprocha a Gutiérrez Félix que haga esa clase de pronunciamientos al margen de los cauces institucionales que tiene establecidos el PLD para dilucidar, en estricta intimidad partidaria, esos asuntos, pues solo hacen daño al partido y al gobierno además de que enlodan la reputación y el buen nombre de muchos peledeístas honestos.
Pero tal vez pasa por alto el amigo Pared Pérez que cuando un hombre como el Superintendente de Seguros hace esa clase de pronunciamientos, y los hace de cara a la opinión pública para que todo el mundo los lea, los vea o los oiga, está salvando su responsabilidad histórica frente a un fenómeno que, como el de la corrupción, no solo está presente de manera ostensible en la presente administración, como ha tenido el coraje de denunciar, sino que acaba de recibir la bendición desde la más alta investidura del Estado dominicano con los indultos concedidos por el presidente Leonel Fernández a cinco personas recientemente condenadas por estafa y corrupción.
La pregunta impertinente.- ¿Será suficiente la devolución de la regalía pascual y otros incentivos cobrados indebidamente por los miembros de la Cámara de Cuentas para devolverle al organismo la credibilidad perdida a causa de este nuevo escándalo?