Qué se dice

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¿Y los colmadones?- Un lector me ha expresado su  preocupación por lo que entiende una discriminación por parte del Ministerio de Interior y Policía, quien ayer anunció que del 20  de diciembre al  8 de enero flexibilizará las restricciones al horario de venta y consumo de bebidas alcohólicas a  bares, restaurantes y discotecas, olvidándose de  los colmadones, hoy por hoy los centros de diversión más numerosos y populares, y la razón no es un secreto para nadie:  son los preferidos por todos aquellos que no pueden pagar para  divertirse en un bar, un restaurante o una discoteca de moda. ¿Se trató de un olvido  involuntario  o de una omisión que delata una discriminación? Eso debería aclararlo, cuanto antes, el ministro José Ramón Fadul, pues lo cierto es, nos guste o no, que los colmadones son parte ya de la cultura de diversión de una parte importante de la población, probablemente la mayoría, que también tiene derecho a un tratamiento especial en tan especial época del año.

Llegó el lobo-  Siempre fiel a sí mismo, era de esperarse que el asesor del Poder Ejecutivo en materia de lucha contra el narcotráfico, el doctor Marino Vinicio (Vincho) Castillo, respondiera en su acostumbrado tono al secretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Narcotráfico y Seguridad William Bronfield, quien vaticinó que en un plazo no mayor de dos años el país  estará enfrentando serios problemas para contener las acciones de las poderosas organizaciones de narcotraficantes que operan en la región. Fatalista y dramático, el asesor presidencial consideró preocupante esa afirmación, pero advirtió que la realidad es mucho peor de lo que la describe el funcionario norteamericano, pues no es necesario  que transcurran esos dos años  para que suframos esas agresiones debido a que los carteles  están aquí, haciendo de las suyas, desde el año 2000. ¿Moraleja? ¡Corran que llegó el lobo!

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