Qué se dice

Qué se dice

Entre la espada y la pared
Los que saltaban de júbilo porque la tasa del dólar tendía en la semana a moverse hacia arriba deben saber que la felicidad a que aspiran no iba a tener otro telón de fondo que no fuera nuevas penalidades para las mayorías ciudadanas. Si bien es cierto que las tasas de alrededor del treinta por uno no han dado gran fruto ni han abaratado el costo de la vida de manera importante,  nadie debe perderse al calcular lo que vendría a partir de ahora. Si el dólar vuelve a treparse en las cotizaciones del 2003-2004, tendríamos de nuevo una inflación desastrosa, con alzas sobre alzas, despidos y quiebras de negocios, grandes y chicos. Probablemente el único beneficio que recibiría el gobierno si devalúa el peso otra vez sería el de que los empresarios turísticos y de zonas francas pasarían a elogiarlo. Y quien sabe si con todo y eso, más adelante, emprenderían otros pataleos por hache o por erre.

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Presidente viajero

En un mundo interdependiente, los intereses y conveniencias de un país cualquiera pueden estar, al mismo tiempo, fuera y dentro de sus fronteras. No es que las gestiones oficiales de alto nivel que han proliferado en los últimos cuatrienios en forma de viajes hacia todos los continentes puedan dar motivos a afirmar: ¡Vaya, cuántas cosas buenas han traído las giras presidenciales! De todos modos, algunas de ellas han debido servir para algo. Aunque las agendas de ultramar de nuestros mandatarios luzcan siempre repletas de contactos, eventos y gestiones de primera clase, es inevitable que en el marco de nuestra tradición presidencialista, el observador se preocupe más por los asuntos que el viajero deja que por los que va a abordar en el exterior.

Ojalá que el Presidente Leonel Fernández estuviera al tanto de lo que dice vox populi en estos momentos, a propósito de la partida ayer que lo extrañará de esta súper irritada nación por diez días. A través de cualquier individuo de a pie que uno encuentre por esas calles de Dios, lo que uno podría escuchar es que el mandatario se ha ido dejando el rancho ardiendo. Con los combustibles en topes de precios, con una actividad  económica agudamente rezagada y mucha incertidumbre sobre la reforma fiscal y los efectos del RD-CAFTA. La expresión popular “buen viento te guíe”  ha de valer mucho para el que se va pero extraordinariamente más para los que se quedan.

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Un mimetismo convincente

En los usos político-policiales del pasado, Servicio Secreto de la PN quería decir: “caliesaje” y persecución contra opositores al gobierno. También significaba asesinato. Fue el Servicio Secreto, dirigido por un tenebroso personaje de entonces, el que dio muerte a Amín Abel Hasbún estando plenamente reducido a la obediencia y en compañía de su esposa. Innumerables casos similares se registraron para la misma época. Pero al parece algunos cambios ha habido. No existe la guerra fría sino la muy caliente que mantiene la delincuencia contra la pacífica y laboriosa existencia de ciudadanos indefensos.

La Policía acaba de informar que detuvo en seco dos bandas que robaban furgones, para lo cual infiltró a un agente que evidentemente logró convencer a los facinerosos de que era tan delincuente como ellos. Se trata pues de un triunfo del mimetismo con buenas intenciones. Una gran demostración de que algunos policías pueden fingir que son pillos sin serlos y cumplir meritorias tareas en beneficio del orden y la protección de las propiedades.

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