Qué se dice

Qué se dice

¿Cuál es el misterio?-. Cualquiera diría que no obstante el revuelo provocado por las denuncias oficiales  de que las recurrentes intoxicaciones de estudiantes con el desayuno escolar son producto de acciones de sabotaje patrocinadas por competidores de sus actuales suplidores, de las que se hizo eco hasta el presidente Leonel  Fernández, las autoridades del Ministerio Público no parecen muy apuradas por conocer los resultados de las pesquisas  realizadas para determinar lo que ocurrió a cientos de estudiantes en escuelas de Azua, Fantino, Jarabacoa y La Vega en octubre pasado y que provocaron gran alarma social.  Ayer leí que el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez, informó que ya están en manos de la comisión especial que preside el Procurador Adjunto Bolívar Sánchez los resultados de los análisis de laboratorio que se hicieron  a los componentes  del desayuno con los que se intoxicaron todos esos niños, pero que no ha tenido tiempo de leerlos  y que será la próxima semana, cuando concluyan una serie de actividades que tiene pendientes, cuando se reúna con sus integrantes para discutir sus hallazgos. Esa actitud  puede tener, a mi modo de ver, una de dos explicaciones, igualmente plausibles:   o los resultados de esos análisis no encajan con la hipótesis previamente  establecida por las autoridades, es decir el famoso sabotaje criminal, o señalan de manera directa responsabilidades muy incómodas de airear  debido  a los intereses en juego. Pero en lo que esperamos  a que el Procurador saque  tiempo de su ajetreada agenda para que pueda  informarnos porqué se intoxicaron todos esos niños, un asunto  que en  su momento  parecía de alta prioridad nacional, vale la pena volver a preguntarse  porqué se ha rodeado de tanto misterio los resultados de esos análisis de laboratorio.

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