Falta de interés.- Mientras la agencia antinarcótica norteamericana, la famosa DEA, decide abrir una investigación sobre el caso del desaparecido piloto Adriano Jiménez, a quien se le atribuyen vínculos con Quirino Ernesto Paulino Castillo, preso en Nueva York acusado de narcotráfico y lavado de activos, aquí seguimos creyendo que una comisión de carácter técnico designada por José Tomás Pérez, director del Instituto Dominicano de Aviación Civil,  para que determine si en el viaje en el que aparentemente perdió la vida Jiménez junto a los once pasajeros que transportaba se produjo alguna violación a las normas de seguridad o se trató de una simple negligencia o descuido, será suficiente para desenredar la maraña de lo que aparentemente constituye, tal y como sospecha la DEA,  un muy bien organizado tráfico de ilegales, y probablemente también de drogas, hacia territorio norteamericano, con el apoyo y la complicidad –por supuesto– de funcionarios o autoridades locales vinculadas a la aeronavegación, lo que explica que en apenas tres meses Jiménez realizara, no obstante tener cancelada su licencia,  68 viajes a través de los distintos aeropuertos del país.

Pero hasta donde se sabe ninguna otra autoridad ha dado  señales de interesarse por el caso a pesar de las evidencias, cada vez más contundentes, de la naturaleza ilegal de  las actividades extracurriculares  del hiperactivo piloto desaparecido. Y después nos quejamos.

¿ Arrepentimiento?.- Si los miembros de la Cámara de Cuentas  admiten, por boca de la doctora Licelot Marte de Barrios, que se vieron forzados por las presiones de la opinión pública a devolver la regalía pascual y el bono navideño cobrados a pesar de tener menos de tres meses en sus cargos, ¿cómo se atreven a decir también que la devolución de ese dinero (RD$563,947.20) “es un acto de desprendimiento y generosidad”?  Que alguien me lo explique, por favor.