Qué se dice

Qué se dice

Ahora resulta que el país ha sido convertido en mercado importante de piezas de repuestos de ínfima calidad para equipos electrónicos, otra demostración de que en nombre del libre comercio se pueden cometer barbaridades por vía de la importación sin controles. Se defrauda al cliente, se defrauda al técnico y se defrauda al proveedor de efectos cuya vida útil se acorta por fallas de mantenimiento.[tend] Tras esta denuncia, se desearía ver que las autoridades de Industria y Comercio y la siempre imperceptible Dirección de Normas y Sistemas de Calidad hicieran una incursión sobre los canales de comercialización. Sería admisible que aparezcan niveles de precios y categorías en los distintos géneros de refacciones, pero no que al consumidor le metan gato por libre con el uso no autorizado de marcas reconocidas.

[b]Un regalo al enemigo[/b]

Extrañando del territorio nacional al padre Rogelio Cruz, la congregación a que pertenece este aguerrido pastor de almas estaría empeñada en demostrar que reglas son reglas, y que lo institucional está por encima de lo individual en la esfera de las órdenes religiosas. Lo malo es que por este despiadado sentido de autoridad se va a dejar a una comunidad sin el cura que se ganó el corazón de los pobres haciéndoles el bien y defendiéndoles con críticas enérgicas a las injusticias y a los abusos. Los superiores del padre Cruz no tienen que considerarse obligados a acallar su voz sólo porque escandalice e irrite a gente conservadora; a gente que muy probablemente no toma muy en cuenta a Dios. Y que sin embargo, ¡vaya la generosidad!, está logrando que sectores de la Iglesia se empeñen en complacerla quitando del medio a un defensor de las causas humanitarias. El que puedan formularse algunas objeciones al estilo militante de Cruz no invalida en modo alguno su labor pastoral, muy digna de las místicas salesianas.

[b]Bello lo dijo[/b]

La tenacidad de las fuerzas políticas que tienen al PRD en una guerra intestina, alimentada en parte por las ventajas de poder, deja pocas esperanzas de que la voz enérgica y crítica del doctor Virgilio Bello Rosa encuentre oídos entre sus copartidarios. Ha dicho el ex Procurador General de la República que la gente está harta de que el oficialismo haga malabares e invente fórmulas para tratar de que las instituciones del Estado estén a su servicio, esto a propósito de los abiertos esfuerzos por adecuar el sistema electoral a los problemas del perredeísmo con una modificación para que los partidos puedan presentar más de un candidato a la Presidencia de la República. Lo que el ciudadano común -el que está fuera de la obnubilación que genera ocupar el poder- suele opinar, privada y públicamente, sobre las inacabables pugnas del PRD y sus acciones unilaterales al legislar, es exactamente eso que dice Bello.

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