QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

Cielos demasiado abiertos.- Ojalá que el licenciado José Tomás Pérez, director del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), haya tenido la oportunidad de leer las declaraciones del presidente de la Asociación Dominicana de Pilotos, Pedro Domínguez, aparecidas en el periódico El Día, en las que este afirma que esa institución está “secuestrada” por una “mafia” cuya existencia podría poner en peligro  la vida de su director,  mafia  que además tiene allí montada una red de informantes que  alerta a las personas denunciadas por la comisión de  distintas irregularidades.

Es probable que el funcionario, al igual que cualquier desprevenido lector, se sienta tentado  a creer que se trata de  una  exageración, sobre todo si se toma en cuenta el celo y la seriedad conque  el ex senador por el Distrito Nacional  ha asumido sus nuevas responsabilidades públicas, pero oportuno es recordar el asesinato  de Angel Cristopher Martínez, conocido por  la intransigencia conque hacía cumplir las regulaciones de la aeronavegación, por lo que  su  muerte se vincula de manera directa con las funciones  que desempeñaba como inspector de Aeronáutica Civil.

Precisamente por ser de los pilotos a los  que Cristopher Martínez sancionó de manera drástica fue investigado como sospechoso de su muerte Adriano Jiménez, desaparecido  junto a los 11 pasajeros que transportaba y quien según todas las evidencias formaba parte de una activa red de tráfico de personas que según el senador Wilton Guerrero también incluye drogas. ¿Una coincidencia? ¡Desde luego que no! Son piezas de un mismo rompecabezas que ojalá alguna autoridad tenga la paciencia y el valor de armar, aunque solo sea para saber qué es lo que huele tan mal  en nuestra aviación civil.

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