Qué  se dice

Qué  se dice

Otra oportunidad perdida– Es verdad. La imposición, contra viento y marea, de una reforma tributaria que nadie apoya es una excelente oportunidad para trabajar en la  reconciliación de la dividida familia perredeísta, así sea porque tal vez sea la última oportunidad del Partido Revolucionario Dominicano  de acompañar al pueblo dominicano en otra de sus grandes batallas.

 Mientras distintas organizaciones de izquierda, comunitarias, de  la sociedad civil y transportistas organizan la resistencia a una reforma que nadie duda el gobierno  se hará aprobar en el Congreso Nacional, los perredeístas ni siquiera han podido presentar una posición unitaria frente a la sexta reforma tributaria con que se castiga a la población   en apenas ocho años. 

Desgraciadamente, pocas son las esperanzas de que El Glorioso recupere su histórica estatura, la grandeza de propósitos que lo convirtió en uno de los principales  contribuyentes a la construcción de la democracia dominicana tras la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, pues sus enemigos internos de hoy parecen estar a punto de lograr lo que no pudieron conseguir sus enemigos externos de ayer a pesar de ser tan poderosos como  su  archienemigo  Joaquín Balaguer, o las recurrentes divisiones y desprendimientos que lo han sacudido  desde su llegada al país.

Los bases perredeístas,  las verdaderas dolientes del PRD, conocen a esos enemigos muy bien pues tuvieron la oportunidad de verles los colmillos durante el pasado proceso electoral, y solo están a la espera de que una convención libre y democrática les dé la oportunidad de ajustar cuentas y poner las cosas en su justo lugar.  Pero me temo que  sea ya demasiado tarde.

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