Qué se dice

Qué se dice

Según una noticia de primera plana que publica El Nacional, que atribuye a «fuentes autorizadas», el Proyecto Presidencial Hipólito, el famoso PPH, propuso al presidente Mejía que realice cambios en el Gobierno, a fin de incorporar figuras «nuevas y frescas» al llamado tren administrativo.[tend] La idea, hay que reconocerlo, no solo es buena sino también oportuna, y ojalá tenga el valor agregado de que empiece a cumplirse con quienes han tenido la valentía de hacer la propuesta, que darían de esta manera un excelente ejemplo de coherencia y desprendimiento. Así las cosas, bien pudiera suceder, siempre y cuando el Presidente acoja tan inusual petición, que empecemos el nuevo año con caras nuevas en la administración pública, pues saldrían del «line up» nombres tan sonados como el de Eligio Jáquez, Vicente Sánchez Baret, Hernani Salazar, Luis González Fabra, Siquió NG de la Rosa, José Rodrígez Soldevila, Carlos Gabriel García y Héctor Guzmán, entre otros connotados pepeachistas. ¿Pero será verdad tanta belleza?

[b]»Transparente y cristalino»[/b]

Se nos dijo que, por primera vez en nuestro sistema penitenciario, se evaluó a cada uno de los reos que aspiraban a ser indultados, y que cada expediente fue examinado de manera minuciosa a fin de que fuera un proceso de selección «transparente y cristalino». Se nos dijo, también, que durante más de dos meses la Comisión de Indultos de la Procuraduría General de la República evaluó a más de dos mil reclusos de 24 de nuestras cárceles, tomando en cuenta la recomendación de los patronatos, y hasta de la Santa Madre Iglesia, para favorecer con el indulto a los solicitantes. Por eso resulta tan difícil entender, conocidos los nombres de los reos indultados, que se haya incluído en esa lista al dirigente reformista Stalin Lebrón, condenado a diez años de prisión el 24 de enero del 2003 por la muerte de un dirigente de su propio partido durante la celebración de las primarias legislativas del PRSC. Lebrón, por virtud de la generosa gracia presidencial, solo cumplió año y medio de la condena que se le impuso por su crimen. De esta cristalina transparencia, señor Procurador, no fue que hablamos.

[b]A quien Dios se lo dio…[/b]

Pero no todo el mundo tiene la suerte, en este país de maravillas penitenciarias, de llamarse Stalin Lebrón. Rafael Morillo de la Cruz, condenado a un año de prisión, lleva mas de dos preso en La Victoria, por no tener el dinero para el pago de la multa -3 mil pesos- a la que también fue condenado. El caso de Morillo de la Cruz fue denunciado ayer por el coordinador de la Pastoral Penitenciaria, Fray Arístides Jiménez Richardson, quien ha pedido a la Procuraduría General de la República que, en un acto de justicia, condone la multa del recluso para que este pueda, finalmente, salir en libertad. El sacerdote dice que acudió el pasado 23 de diciembre, a las 11:00 de la mañana, a depositar el caso del recluso por ante la Corte de Apelación del Distrito Nacional, pero que extrañamente el personal se rehusó a recibir su petición. Por eso dan ganas de repetir, una vez mas, un refrán muy popular entre nosotros: a quien Dios se lo dio, que San Pedro se lo bendiga.

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