Qué se dice

Qué se dice

Cada cual por su lado.- Parece que, una vez más, se pusieron de acuerdo para no estar de acuerdo en nada, en otra penosa demostración de que el liderazgo bicéfalo del Partido Revolucionario Dominicano es irreconciliable, para desgracia de una militancia digna de mejor suerte y, sobre todo, de ser mejor conducida por su dirigencia.

Con apenas dos horas de diferencia, tanto el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como Hipólito Mejía se dirigieron ayer  al país a través de una amplia cadena de radio y televisión para fijar su posición sobre el proyecto de reforma fiscal sometido por el Gobierno al Congreso Nacional, trazando con esa alocución dos líneas paralelas que,  como nos recuerda el famoso  bolero, nunca habrán de encontrarse.

Cuando uno ve ese comportamiento, viciosamente repetido y reiterado,  comprende en algo  la frustración y la impotencia de quienes, preocupados por el estado de postración en que se encuentra el partido político más votado en las pasadas elecciones presidenciales precisamente cuando más lo necesita la democracia dominicana, han intentado mediar para buscarle un bajadero a las desavenencias entre sus dos principales figuras. Mientras el PRD tenga dos cabezas que se niegan a ponerse de acuerdo, que han colocado sus diferencias personales por encima de los intereses de esa organización, no hay esperanza de resurrección para el partido (valga la redundancia) de la esperanza nacional.

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