Qué se dice

Qué se dice

De entrada hay que señalar, para que nos ahorremos malentendidos, que merecen todo nuestro reconocimiento los esfuerzos que realiza para descongestionar nuestras cárceles la Comisión de Indultos de la Procuraduría General de la República, que precisamente ayer dio a conocer la lista de reclusos a ser beneficiados con indultos del Poder Ejecutivo con motivo de las festividades navideñas.[tend] Según esa lista, 835 reclusos han sido recomendados por la comisión, que esta vez se ha tomado la molestia, a fin de garantizar un proceso de selección «transparente y cristalino», de estudiar con detenimiento caso por caso. Y es bueno que así sea, para evitar que se meta en ese globo a gente que no califica, o que repitamos desagradables episodios como la excarcelación irregular de la famosa Reina del Extasis. En esta oportunidad un altísimo número de los reclusos sugeridos, alrededor de un 50%, son extranjeros, mayormente colombianos y haitianos, y aunque es de suponer que se habrán tomado las previsiones de lugar para que esos reclusos no vuelvan mas por aquí, sería bueno que alguna autoridad nos sacara de las dudas. Sobre todo en el caso de los haitianos, que dada la porosidad de nuestra frontera pueden sentirse tentados a regresar al país a poner en práctica sus peligrosas habilidades delictivas.

[b]Tregua navideña[/b]

Si no fuera porque se trata, en las presentes circunstancias, de un pésimo chiste, se podría decir que la agudización de la crisis eléctrica -se ha reportado que están fuera de servicio 10 de las 20 plantas más importantes del sistema- añadirá el toque romántico a la cena de Nochebuena, que tal y como van las cosas una gran cantidad de familias deberán celebrar a la luz de las velas. Estamos hablando, es preciso recordarlo, de una crisis anunciada, pues Edenorte y Edesur tuvieron la gentileza de adelantarnos que, por razones de «mantenimiento», una gran cantidad de sus plantas serían sacadas de línea en estas fechas. El problema es que muy pocos nos creímos el cuento del «mantenimiento», probablemente aferrados a la esperanza de que tendríamos, en estos días «pascueros», una merecida tregua también con los malditos apagones.

[b]Un logro poco cacareado[/b]

La cifra -mil millones de pesos en casi cuatro años- es impresionante, y permite hacerse una idea del empeño puesto por el gobierno en sus programas de mejoramiento y construcción de viviendas, que ejecuta a través del Instituto Nacional de la Vivienda como parte de su lucha contra la pobreza. Se trata de la misma institución, por si no se han dado cuenta todavía, a la que se acusa de motorizar la repartidera por todo el país de madera y zinc que, según las denuncias, ha servido para apuntalar las aspiraciones del presidente Mejía de repostularse en el cargo. Si lo que el ingeniero Juan Vargas dice es verdad, y no tenemos porqué dudarlo, esos recursos invertidos en la reparación y construcción de miles de viviendas a familias humildes constituyen un logro difícil de ignorar, como tampoco lo son los efectos de esas acciones en los beneficiarios. Lo lamentable para el oficialismo es que, por falta de criterio mercadológico, para decirlo de alguna manera, ese esfuerzo no ha sido suficientemente cacareado, a no ser para servir como materia prima de las denuncias de quienes se han propuesto, a como dé lugar, cerrarle el paso a las aspiraciones continuistas del Presidente.¡Vaya ironía!

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