Ganas de llorar. Lo del IX Censo de Población y Vivienda 2010 da ganas de llorar. ¿Recuerdan las dificultades que se presentaron para iniciarlo en la fecha prevista por falta de recursos , y luego las ruidosas protestas de los empadronadores, a los que les dio muchísima brega que les pagaran el trabajo realizado? Ahora resulta, un año después del levantamiento de los datos, que tampoco hay dinero para dar a conocer sus hallazgos y resultados, pero según el director de la Oficina Nacional de Estadísticas, Pablo Tactuck, ya se están haciendo las diligencias necesarias con el ministerio de Economía, Planificación y Finanzas para conseguir esos fondos.
¿Cómo es posible que un gobierno que en nombre del progreso y el desarrollo gasta tanto dinero en obras como el Metro de Santo Domingo o el Corredor Duarte sea incapaz de aportar los recursos necesarios para algo de tanta importancia para ese mismo progreso y desarrollo como el Censo? Son de las cosas que uno no entiende por mas que se las expliquen o se las justifiquen, como tampoco se entiende que un profesional de la solvencia y el bien ganado prestigio de Pablo Tactuck aguante con tanto estoicismo el papelazo que lo han puesto a representar.
Justicia popular. Si es verdad que en un centro de diversión llamado Volkano bar, ubicado en el sector de Pueblo Nuevo, en Santiago, han muerto cinco personas en riñas y otras acciones violentas en los últimos dos años, cualquiera se siente tentado a considerar un acto de justicia popular la destrucción de sus instalaciones por parte de vecinos indignados por la muerte de un menor, asesinado a tiros cuando compartía tragos en el lugar con unos amigos. Desde luego, no es correcto ni civilizado aplaudir que la gente se haga justicia por sus propias manos, pero eso es precisamente lo que ocurre cuando las autoridades responsables de actuar no lo hacen a tiempo ni con la firmeza necesaria.