Un caso para doña Zoila.- Si doña Zoila Martínez, la Defensora del Pueblo, quiere estrenarse en el cargo con un caso digno de su atención, en el cual poner toda la pasión y entrega que nos prometió al juramentarse, debe indagar las circunstancias en que murió un joven activista de los derechos humanos la madrugada del sábado pasado. Según versiones de testigos Erik Martínez, de 19 años, fue asesinado de un balazo en la cabeza por una patrulla policial que lo detuvo en la avenida San Vicente de Paúl cuando se trasladaba, junto a un amigo, en la parte trasera de una motocicleta, luego de discutir con uno de los agentes a los que se negó a darles dinero. Esos mismos testigos relataron que luego de disparale a la cabeza, su matador arrastró su cadáver varios metros como si se tratara de un perro realengo. El jefe de la Policía, el mayor general Manuel Castro Castillo, ordenó que una comisión investigue la muerte del joven, pero doña Zoila, que fue Fiscal del Distrito, sabe por experiencia que esas comisiones encubren más de lo que esclarecen.
Como en las películas. Con frecuencia la realidad, determinados hechos, llaman la atención de la industria cinematográfica y son llevados a la pantalla, pero igualmente sucede lo contrario, pues el cine también influye en la vida real. Eso fue lo que ocurrió, según confesaron al juez que los envió a prisión, a los tres hombres que asaltaron un camión de transporte de valores con 18 millones de pesos, un hecho que se inspiró en una película y que tuvo ciertamente ribetes cinematográficos por su espectacularidad. Todo hubiera tenido un final feliz, como pasa en el cine, si embriagados con su éxito (y probablemente con algo mas) no hubieran empezado a gastar dinero de manera desenfrenada, haciendo regalos a familiares y amigos, con lo que llamaron la atención de las autoridades, pues ninguno tenía empleo conocido. Qué poco