Qué se dice

Qué se dice

El gran dilema.-  En muy pocos años, probablemente  menos de los que nos imaginamos, la incontrolada  migración haitiana hacia territorio dominicano, acentuada de manera dramática tras el terremoto  y la epidemia de cólera que ya se ha cobrado más de 2 mil vidas de aquel lado de la frontera, será la principal prioridad de quien nos gobierne, simple y sencillamente porque lo que estará en juego  será nuestra supervivencia como nación. 

Sin embargo sorprende, y mas que nada asusta, la indiferencia de nuestra clase política frente al tema, distraída en las disputas  por la piñata que representa alcanzar el poder o quedarse disfrutando sus dulces mieles indefinidamente, que no a otra cosa es a lo que aspiran quienes promueven, alientan y patrocinan el continuismo  desde Horacio Vásquez hasta Leonel Fernández Reyna. Excepciones hay, por supuesto, y la mas notoria es la del diputado por la Fuerza Nacional Progresista Pelegrín Castillo, pero en el actual panorama político sus posibilidades de sentarse en la famosa silla de alfileres parecen tan remotas que cualquiera diría que cuando se presente  su oportunidad podría ser demasiado tarde tanto para él como para nosotros.

En fin, que por ser como somos y por estar nuestros políticos mas ocupados en llenarse los bolsillos que en encontrar remedio a los grandes males nacionales el problema que representa la masiva presencia haitiana  nos va a estallar en la cara, y tal vez sea en ese momento cuando hagamos conciencia del inmenso daño que nos han hecho los malos dominicanos que por codicia y desmedido afán de lucro se han beneficiado durante décadas de una mano de obra barata que a la larga habremos de pagar todos a un precio demasiado alto. Que nadie dude que, por el camino que vamos, ese día llegará mas temprano que tarde, por lo que solo nos quedará  la opción de pedirle a Dios que reparta suerte a la hora de enfrentarnos  al dilema terrible: o ellos o nosotros.

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