El tribunal de la discordia.- Es tanto lo que se juega a la conveniencia en el gobierno, a los “amarres de patio” como  bien los definió el doctor Marino Vinicio Castillo, que en estos momentos es difícil saber cuál es la posición oficial –si es que acaso  existe– respecto al Tribunal Constitucional, pues una cosa parecía pensar el presidente Leonel Fernández cuando envió al Congreso Nacional su flamante Constitución y otra muy distinta parece pensar ahora, luego de que  consintió los cambios introducidos  por los senadores al Proyecto de Ley Orgánica del nuevo tribunal. ¿Por qué mudó de opinión el mandatario?

¿Para abrirle una puerta a su reelección vía el Tribunal Constitucional? ¿Para complacer al doctor Jorge Subero Isa en su afán de reinar en el sistema judicial dominicano? ¿O de lo que se trata es de ir armando el rompecabezas de su futuro político a  través del Consejo Nacional de la Magistratura? Sea cual sea la razón que anima al  Príncipe  lo cierto es que su cambio de opinión ha generado gran malestar en un importante aliado como lo es la Fuerza Nacional Progresista que encabeza el asesor presidencial en materia de drogas, pero también ha generado un cisma entre funcionarios de primera línea  como lo son el doctor César Pina Toribio,  Ministro de la Presidencia, y el Procurador General de la República Radhamés Jiménez. Y ya se sabe que  los peledeístas tendrán que “emplearse a fondo” para poder aprobar los cambios introducidos por los senadores al Proyecto de Ley Orgánica debido a que no cuentan con la mayoría necesaria, por lo que tendrán que negociar a cualquier precio con  la oposición.

Tantas maniobras y amarres en medio de tanta controversia en torno a un tema que ya se creía  debatido a fondo en la Asamblea Revisora  han terminado por enrarecer  el ambiente y generar gran confusión, pero también obligan a quienes miramos el juego desde las gradas a preguntarnos. ¿Cuál es la razón detrás de todo ese innecesario alboroto, señor Presidente?