¿Qué habrá querido decir?.- Ser funcionario público debe ser un trabajo complicado, sobre todo si se ostenta el cargo de Secretario de la Presidencia, justo en el corazón del poder político del país como lo es el Palacio Nacional, pues no siempre se tiene en la punta de la lengua la respuesta adecuada y oportuna para torear el impertinente acoso de los periodistas en procura de una reacción, en este caso la forma en que encajó el gobierno la decisión de la misión de expertos de las Naciones Unidas que recomendó desistir de la instalación de una planta procesadora de cemento en la comunidad de Gonzalo, en Monte Plata, cerquitica del parque Los Haitises. ¿Cómo debemos interpretar eso de que el gobierno está dispuesto a acatar la recomendación del PNUD si el informe está bien sustentado? ¿Quién en el gobierno está en capacidad de decidir si ese informe reúne ese requisito y qué pasaría si, para sorpresa de todos, alguien decide que no lo reúne? Cuando el presidente Leonel Fernández anunció que su gobierno, bajo el fuego cruzado de la empresa concesionaria y las organizaciones ecologistas, juveniles y de la sociedad civil que se oponían a la cementera, acogería las recomendaciones de las Naciones Unidas en torno a la polémica concesión se quitó un gran peso de encima, pues le buscó un bajadero conveniente a una situación que amenazaba con salirse de control. Por eso, una vez conocidos los resultados de ese experticio, el gobierno no puede salir con un de atrás pa´lante, para decirlo en dominicano para que mejor se entienda, cuestionando ese informe o a quienes lo elaboraron, cuando lo que corresponde es cerrar para siempre ese odioso expediente y pasar la página. En cuanto a las ambiguas declaraciones del doctor César Pina Toribio, parece apropiado atribuirlas a la confusión del momento, al impacto provocado en su ánimo por la noticia; en fin, a gajes del complicado oficio de ser funcionario público en este complicado país.