Regresan las sombrillas amarillas. Todo indica que los actuales inquilinos del Palacio Nacional tendrán que acostumbrarse a ver, como parte del paisaje natural de su entorno, las vistosas sombrillas amarillas que han terminado convirtiéndose en símbolos del reclamo de que se cumpla la ley que asigna el equivalente del 4% del Producto Interno Bruto a la inversión en educación, reclamo que con inusitada fuerza y entusiasmo ciudadano dejó su impronta en los días finales del 2010.
Miembros de la Coalición por una Educación Digna realizaron el pasado martes su primera manifestación del 2011, el Año Amarillo, en la explanada de las Oficinas Gubernamentales ubicada frente a la casa de gobierno, pero la cosa no se quedó ahí. Voceros de la Coalición, que agrupa a más de doscientas organizaciones de la sociedad civil, anunciaron que en lo adelante cada día 4 de cada mes estarán allí con sus sombrillas amarillas o exhibiendo cualquier prenda de ese color para recordarle al gobierno su incumplimiento de la Ley General de Educación 66-97, advirtiendo que se mantendrán activos y vigilantes hasta conseguir que se cumpla ese mandato.
Por supuesto, un gobierno que se hace el sordo y el ciego cada vez que le conviene podría darse el lujo de ignorar olímpicamente esa advertencia, pero que sepan quienes gobiernan que el trayecto que les resta de aquí al 2012, cuando concluya su mandato, deberán recorrerlo con ese incómodo clavito en sus zapatos, y quién sabe si por su culpa tienen que dar alguno que otro peligroso tropezón.