“Buenas nuevas”- Después de ser testigos, desde la más absoluta impotencia, de cómo el robo de metales se ha convertido en una incontrolable plaga que amenaza destruir importantes obras públicas, pocos serán los sorprendidos con la “buena nueva” anunciada el pasado miércoles por Eddy Martínez, Director del Centro de Exportaciones e Inversión (CEI-RD): República Dominicana ya exporta más chatarra que café, pues en lo que va de año ha exportado metales por valor de US$673 millones, cantidad diez veces superior a lo recibido por las exportaciones del aromático grano.

La información suministrada por el funcionario  no es, precisamente, para sentirnos orgullosos sino todo lo contrario, aunque resulta obvio que allí donde van a parar esos US$673 millones no opinan lo mismo. ¿Cómo llegamos a ese punto? Usando la misma receta que hizo posible que descendieran sistemáticamente las exportaciones  de café, que en una época fue una de nuestras  principales  fuentes  de divisas:  indolencia oficial, lo que bien puede traducirse en la incapacidad de nuestras  autoridades de actuar sobre los problemas cuando todavía son pequeños y manejables y basta un mínimo de voluntad, esfuerzo y recursos para resolverlos.      

De salarios.- Tal y como está el mundo, sobre todo en Europa, donde los miembros de las principales Casas Reales han tenido que rebajarse  los sueldos y renunciar a privilegios para ponerse a tono (y dar el ejemplo) con los duros tiempos que se viven en el Viejo Continente, debe resultar chocante a quienes nos miran desde allende los mares que aquí estemos enredados en una ruidosa  polémica pública discutiendo si un grupito de privilegiados tiene derecho a buenos y jugosos sueldos en un pobre y jodido país que sufre una aterradora crisis de seguridad pública, entre otras razones  porque no hay recursos para pagarle salarios decentes a los policías.