Sorpresa navideña.- Cuestionada sobre las auditorías que desde hace un tiempo realiza la Cámara de Cuentas a los partidos políticos, la doctora Licelotte Marte de Barrios prometió a los periodistas que a más tardar a fin de año tendrá algunas sorpresas, una especie de regalo de Navidad, aunque adelantó que esas auditorías han detectado graves irregularidades vinculadas con los recursos que esos partidos reciben del Estado dominicano a través de la JCE, entre las que citó la falta de transparencia y una contabilidad deficiente. Quien diga que se sorprende con esa o cualquier otra revelación sobre la forma en que los partidos manejan esos recursos y los que reciben por trasmano es un solemne mentiroso o no ha vivido en el país durante los últimos 30 años, pero de todas maneras vale la pena esperar a que conluya el año para saber qué indelicadezas encontraron esos auditores que la veterana dirigente reformista piensa que sorprenderán a una opinión pública que, en lo que respecta a las bellaquerías de nuestros políticos, hace rato que perdió la capacidad de asombro.
Incongruencias.- Al examinar con detenimiento las partidas asignadas en el Presupuesto del 2010 a los distintos sectores e instituciones salen a flote las incongruencias en materia de inversión pública de este gobierno, que enarbola un discurso que predica a boca llena la búsqueda del progreso y la modernidad pero que sigue tratando a la salud y a la educación como las cenicientas presupuestarias. Mas o menos lo mismo ocurre con el turismo, nuestro principal producto de exportación, como quiere Asonahores que se le considere, que recibiría la misma partida que el año pasado. Y todo eso, en medio de un crisis global del sector que obliga al país a invertir mayores recursos en promoción en el exterior así como en mejorar la infraestructura de nuestros principales polos turísticos y, más que nada, sus entornos.