Qué se dice

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¿Discapacitados?.-  Una huelga de hambre,   tan de moda en estos días, de un grupo de personas con impedimentos físicos que exige  la renuncia de la  directora del  Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS) porque esta –alegan– no defiende los intereses de los discapacitados, ha destapado otro escándalo, de esos que ilustran a la perfección el desorden que impera en las instituciones autónomas y descentralizadas y, sobre todo, la falta de controles sobre sus acciones y la forma en que manejan los recursos de los contribuyentes. Cuestionado sobre  esa huelga y el reclamo de sus promotores el vicepresidente Rafael Alburquerque, presidente de oficio del Conadis,  ha revelado que a su llegada a esa institución encontró un negocio de venta de vehículos de lujo –Cadillacs, Mercedes Benz y yipetas–  exonerados a discapacitados y  vendidos a distintos dealers, pero fue tan condescendiente que esas acciones las  atribuyó a una “mala interpretación de la ley” que creó esa entidad, lo que libra de culpa y consecuencias legales a los responsables de esas irregularidades. Sin embargo, posteriores declaraciones de la cuestionada funcionaria indican que  se trata de algo mas que de un simple error de interpretación, pues según la licenciada Rosa Peña Paula son alrededor de cinco mil los vehículos de lujo introducidos al país gracias a la ley que creó el Conadis, a pesar de que existe una Comité de Exoneraciones que  revisa minuciosamente cada solicitud para verificar si reúne los requisitos que acuerda la ley 42-00, en su artículo 5, que señala que cada discapacitado puede traer un vehículo preparado para su uso, de bajo cilindraje y de ninguna manera de lujo, solicitud que luego es enviada a la Dirección  de Aduanas para su aprobación final. ¿Quiénes se embolsillaron los beneficios de ese “error de interpretación” que hizo posible la entrada al país de tantos vehículos de lujo exonerados? Definitivamente,  en este país el que no corre vuela.

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