Qué se dice

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El Jefe en Lidom.-   Si en algo están desde hace tiempo de acuerdo  historiadores, politólogos, sociólogos y demás hierbas aromáticas es en la pervivencia del trujillismo en la vida dominicana  a pesar de mas de 40 años de ininterrumpida vida democrática, sobre todo en los usos (y abusos) del poder, no importa si se trata del propio gobierno y sus diferentes instancias (desde el todopoderoso Presidente de la República hasta el alcalde pedáneo que es ley, batuta y constitución en su comarca), un club de dominó, una federación deportiva, un partido político o la Liga Dominicana de Beisbol. Wilkins Arias, un lanzador perteneciente a las Aguilas Cibaeñas, fue expulsado por el resto del campeonato  y multado con 25 mil pesos por haber participado en un juego sin figurar en la nómina del equipo, un error o descuido imputable a sus directivos que ahora lo priva,  de un solo  plumazo, de la posibilidad de trabajar en lo único que sabe hacer en la vida para mantener a su familia: jugar al  beisbol. ¿Tiene derecho a tanto el presidente de Lidom, el doctor Leonardo Matos Berrido? No hace falta consultar a  un experto en Derecho Laboral o ser un furibundo fanático de las Aguilas Cibaeñas para saber  que, en el caso del lanzador aguilucho, se ha cometido una gran injusticia que alguien debe ocuparse de enmendar, preferiblemente en un tribunal de la república,  pero también un abuso de poder que nuestro beisbol, y mas que nada  sus principales protagonistas que son los peloteros, pueden darse el lujo de tolerar. Y todo porque aquella noche del 31 de mayo de 1961 fue asesinado a balazos el dictador,  su cuerpo envejecido y estragado por los excesos del poder absoluto, pero de ahí en adelante hemos sido incapaces de desterrar de nuestras vidas su odioso legado autoritario.

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