Qué se dice

Qué se dice

Coartadas y justificaciones.  Quiere decir entonces que la decisión del administrador de la Lotería Nacional, José Francisco Peña Guaba, de repartir RD$27 millones en bonos para la compra de juguetes entre senadores y diputados no tiene nada de malo, inmoral o pecaminoso, pues según el presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín,  no se hizo de manera institucional sino a título personal y a todos los legisladores, sin reparar en banderías políticas (“democráticamente”, como ha proclamado, a pleno pulmón y como si se tratara de una coartada irreprochable, el propio Peña Guaba) además de que esos repartos, producto de las diligencias que realizan  los legisladores tocando puertas en instituciones oficiales, se han hecho tantas veces, y durante tantos años,  que al señor Valentín ya le parecen algo “casi natural”.

Si así es como piensa el presidente de la Cámara de Diputados, donde no todo el mundo parece estar de acuerdo con ese gesto de generosidad o simplemente se enteró por la prensa o la televisión de la repartidera, y resulta mas que evidente que el generoso donante de esos bonos cuenta con la anuencia o la aprobación tácita (dicen que el que calla otorga, mucho mas si se trata del  Presidente de la República en el país más presidencialista de la bolita del mundo) del presidente Leonel Fernández, quien hasta ahora  no ha dicho esta boca es mía, entonces no hay razones ni motivos para creer que la Dirección Nacional  de Persecución de la Corrupción Administrativa  dará curso a la denuncia presentada contra el Administrador de la Lotería Nacional por La Alianza Dominicana Contra la Corrupción, que lo acusa de malversación de fondos y prevaricación y exige que se le someta a la acción de la  justicia por esos hechos. ¡Que siga el entierro!

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