Un activo devaluado.- Si fuera cierta la creencia popular de que cada vez que se habla mal de una persona a esa persona le zumban los oídos, que siente una especie de   “pito”, el expresidente Leonel Fernández no tendría un momento de sosiego, pues el “pito” en sus oídos sería tan intenso y prolongado que le impediría, incluso, conciliar el sueño por las noches.

A estas alturas supongo que todo el mundo ya se dio cuenta, incluidos los medios de comunicación  que solo vieron “cientos de personas” en la protesta del domingo contra la reforma fiscal celebrada en el Parque Independencia, que el exmandatario se ha convertido en el principal blanco de las críticas de los sectores que participan en las protestas y manifestaciones de rechazo a  la reforma fiscal, bautizada  como “El hoyo de Leonel”, de las que ya se han hecho eco publicaciones internacionales tan prestigiosas e influyentes como los periódicos  El País y Le Monde y el noticiario CNN.

Hace poco el expresidente Fernández fue descrito como el principal activo político de la nación, un interesado ditirambo que no vale la pena siquiera discutir, pero en caso de que eso fuera verdad habría que reconocer entonces que ese activo  tan valioso está sufriendo una progresiva devaluación que debería llenar de preocupación a sus “propietarios”, que la consideran una inversión segura para el 2016. ¿Quién iba a decir que un político que salió de la Presidencia por la puerta grande, con altos índices de aceptación, apenas tres meses después tendría  la Policía que instalar un cuartel móvil para proteger  su Fundación Global de los manifestantes que se apostan frente a  sus instalaciones para lanzarle todo tipo de improperios, acusaciones y recriminaciones?