Lo que mal comienza….- El IX Censo Nacional de Población y Vivienda 2010 sigue dando de qué hablar, y no precisamente para fortalecer la confianza que debe inspirar un esfuerzo de tanta trascendencia para el país de cara al diseño de sus estrategias de desarrollo para el mediano y largo plazos.
Decenas de personas que trabajaron en su realización, en su mayoría empadronadores, montaron esta semana ruidosas y airadas protestas frente a la sede de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) en el edificio de Oficinas Gubernamentales, mejor conocido como El Huacal, para exigir a sus contratadores, a golpe de gritos, insultos y amenazas, que se les pague por el trabajo hecho.
Funcionarios de esa dependencia han reconocido la existencia de la deuda, han informado que ya se empezó a pagar en las provincias de Elías Piña, Sánchez Ramírez y Dajabón y que muy pronto se hará lo mismo en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, pero no han podido ofrecer una explicación convincente de porqué, tratándose de un esfuerzo que lleva años planificándose, no se tomaron las previsiones financieras necesarias para garantizar que ese personal, factor clave para el éxito final del censo y la confiabilidad de sus resultados, hiciera su trabajo a gusto y sin contratiempos entorpecedores.
Sorpresivamente aplazado durante una semana por problemas de logística de último minuto que minaron su credibilidad y pusieron bajo cuestionamiento su buena organización, a lo que han venido a sumarse las protestas que han protagonizado los empadronadores en distintos puntos del país y que ayer llegaron hasta las proximidades del Palacio Nacional, el IX Censo Nacional de Población y Vivienda 2010 parece fatalmente encaminado a dar cumplimiento al viejo y conocido axioma: lo que mal comienza, mal termina…