Recordatorio.-  No hay que mandar a buscar a un  experto a ningún lado para saber qué traía la avioneta encontrada abandonada en un cañaveral del batey San Germán, en Higuey, que actualmente examinan técnicos del Instituto de Ciencias Forenses (INACIF) en busca de huellas y otras pistas, en tanto personal de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Policía Nacional tratan de establecer qué droga se trajo en el aparato y quiénes están involucrados en el trasiego. La avioneta, pequeña y de un solo motor, reúne todas las características de las utilizadas por el narcotráfico en sus operaciones en el Caribe, además de que le fueron borradas la marca y el número de matrícula para evitar que se pueda rastrear su procedencia. Lo que esto quiere decir es que el narcotráfico que utiliza el territorio dominicano para sus operaciones no se detiene ni va a detenerse mientras existan las condiciones que se lo permitan, y esa avioneta abandonada en un cañaveral de Higuey es un oportuno recordatorio de lo mucho que nos falta por hacer –con Tucanos o sin Tucanos– para evitar que eso  siga ocurriendo.

 ¿A qué le teme?.-   Ha llamado la atención el hecho de que el senador por San Pedro de Macorís, Alejandro Williams, se hiciera acompañar de forzudos espalderos durante su visita del pasado jueves al Senado, que no lo dejaron solo  ni cuando desde su curul hizo uso de la palabra para desmentir que esté siendo investigado en los  Estados Unidos por su implicación en un presunto fraude en perjuicio del Mecicaid, como pudimos apreciar los que vimos fragmentos de su comparecencia por televisión. ¿A qué o a quién le teme el legislador petromacorisano, quien acusó a medios de comunicación y un sector del reformismo de estar detrás de una campaña de difamación en su contra con la intención de hacerlo saltar del cargo? ¿Habrá comprado también un perro prieto?