Qué se dice

Qué se dice

Consensuar es un verbo muy difícil de conjugar, mucho mas en un país donde cada quien, por sus propias e interesadas razones, jala para su lado. La reforma fiscal que habrá de sacarnos del abismal agujero en que nos metió la crisis bancaria, actualmente en manos de una comisión especial de la Cámara de Diputados, es la mejor prueba de lo mucho que nos cuesta ponernos de acuerdo en algo, sobre todo cuando se trata de los mejores intereses del país. El consenso -esa ha sido, desgraciadamente, la triste experiencia- no solo es bueno sino también necesario, siempre y cuando sean los otros los que lo propicien o se acojan a sus no siempre gratas consecuencias. Esta vez ha sido doña Elena Viyella, presidenta del CONEP, quien ha vuelto a invocar la mágica palabra para alentarnos a convertir en una realidad, con el concurso solidario de todos los sectores de la sociedad, la reforma que tanto estamos necesitando. ¡Bienvenida al club!

Del dibujo al garabato

El secretario de Salud, el doctor José Rodríguez Soldevila, insiste en su tesis de que la situación por la que atraviesan los hospitales, tanto los de Salud Pública como los del IDSS, ha sido magnificada por las ñoñerías de los médicos «de ahora» y la mala voluntad de la prensa. El funcionario no dijo, o no se atrevieron a preguntarle, cuáles periódicos se han dedicado a «desdibujar» el perfil de una gestión digna de mejor reconocimiento, pero tampoco fue muy explícito en cuanto a unos logros que, a su juicio, solo podrán ser valorados en un futuro menos hostil. Como no hay forma de evitar que cada quien vea la realidad del color del cristal conque la mira, no vale la pena rebatirle al secretario de Salud su particular visión de la crisis hospitalaria, aunque sí es de lamentar que a su edad todavía no sepa distinguir entre un dibujo y un garabato.

Acción policial

Parece que la policía ya se decidió a marcharle «con todos los hierros» al problema de inseguridad, sobre todo en horas de la noche, que existe en la autopista Las Américas, donde en las últimas semanas se han producido varios atracos, asaltos y violaciones sexuales contra desprevenidos viajeros, algunos de ellos turistas extranjeros. En un amplio operativo que abarcó varias comunidades a lo largo de esa importante vía, la institución del orden incautó una gran cantidad de armas blancas y de fuego, y detuvo a casi doscientas personas. La contundente acción tranquiliza, más que nada porque evidencia que la policía está consciente de la gravedad del problema y la forma adecuada de resolverlo. Pero ojalá que esa preocupación circunstancial se convierta en un compromiso de más largo plazo, sea de esta o de la próxima jefatura, que se traduzca en el incremento de una vigilancia sistemática y permanente que mantenga a raya a una delincuencia que no se detiene ante nada. Mucha, pero mucha gente se lo agradecerá.

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