Entre mocanos.- Quien les escribe puede dar testimonio de las bondades del nuevo modelo de gestión penitenciaria, del extraordinario trabajo realizado por el procurado Radhamés Jiménez, el doctor Roberto Santana y un montón de gente que ha dedicado tiempo, esfuerzo y vocación de servicio a mejorar, en este caso de manera dramática, las condiciones de reclusión de miles de ciudadanos que por una razón u otra han sido privados de su libertad. Es por eso que me resulta tan difícil aceptar que ese nuevo modelo coexista con el hacinamiento, la corrupción, y sobre todo la violencia que caracterizan el viejo modelo. El caso de Moca, donde funcionan ambos sistemas, es el mas ilustrativo ejemplo de ese dramático contraste entre uno y otro, pues allí fue levantado un moderno centro de reclusión donde los internos no solo son alfabetizados sino que reciben también clases de tapicería, desabolladura, panadería, reparación de computadoras y otros oficios que les permitan reinsertarse socialmente como entes productivos una vez cumplan sus condenas, mientras se mantiene la cárcel que funciona en la vieja fortaleza 2 de Mayo, bajo responsabilidad del Ejército Nacional, donde los pleitos y motines son constantes, tanto así que solo en los dos últimos años han muerto 12 reos. Esos pleitos, cada vez mas ruidosos y frecuentes, junto al hecho de que la fortaleza está, como quien dice, en plena ciudad, ha puesto a los mocanos en pie de lucha reclamando que sea demolida, y que en su lugar se construya un gran centro cultural o una extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Los mocanos confiamos en que dos compueblanos en capacidad de ayudar a resolver ese problema, el Procurador Radhamés Jiménez y el Ministro de Cultura José Rafael Lantigua, tomen cartas en este asunto, ofreciéndonos otra demostración del amor que sienten hacia el terruño que les vio nacer.