Enemigos internos.- ¿Quién asesinó al ex coronel de la Policía Nacional José Amado González Gónzalez y por qué? A juicio del doctor Marino Vinicio Castillo, asesor en materia de drogas del Presidente de la República, esas preguntas ocuparán la atención del imaginario popular los días por venir, dando lugar a una y mil versiones sobre la muerte del ex oficial, al que se investigaba por sus vínculos con el narcotraficante prófugo José Figuereo Agosto, que cada quien atribuirá a su culpable favorito.
Lo que preocupa al asesor presidencial, que dedicó su programa La Respuesta de esta semana a comentar las implicaciones de la muerte del ex oficial, es que esas versiones y especulaciones, divulgadas con profusión por los medios, puedan dañar, en el peor momento, la reputación de instituciones claves en la lucha contra el narcotráfico, debilitando así su credibilidad pública y, por vía de consecuencia, afectando también la efectividad de su accionar contra un enemigo tan poderoso.
Desgraciadamente son los hechos, no los rumores ni las especulaciones, los que vinculan a miembros de los cuerpos militares y policiales no solo con este sonado caso, en el que ya se estableció que la placa que utilizaba la yipeta que conducían los asesinos estaba cargada a un coronel del Ejército, sino en muchos otros como atestiguan casi a diario periódicos y noticieros de televisión, entre ellos la Matanza de Paya, en la que se involucra a 12 oficiales de la Marina de Guerra.
El doctor Castillo tiene razón cuando advierte sobre la necesidad de preservar la integridad de los organismos que constituyen el brazo armado en la lucha contra el flagelo, pero cierto es también que los principales enemigos de esas instituciones no están atrincherados en los medios de comunicación sino en sus propias filas, entre aquellos que, acicateados por la codicia, han desertado de su deber para tomar el atajo del enriquecimiento rápido y a cualquier precio.