Sal y agua.- ¿Se acuerdan de Vantroi, el supuesto sicario acusado a mediados del año pasado por la Policía del asesinato de al menos 36 personas? Pues resulta y viene a ser que a ese productivo criminal, cuyo apresamiento fuera del país fue rodeado de gran espectacularidad por la anterior jefatura policial, finalmente fue sometido a la justicia por la muerte de un hombre, y solo porque la presión social obró para que se le reapresara luego de que un juez lo dejara libre dada la insuficiencia de elementos probatorios en las acusaciones en su contra. Tan dañino es para una correcta administración de justicia que por falta de diligencia o de formación de los fiscales a los tribunales lleguen expedientes pobremente sustentados, como que se sobre dimensione la capacidad delictiva de los imputados, pues cuando las acusaciones se vuelven sal y agua en un tribunal, como ha ocurrido con Vantroi, se deja un amargo sabor de frustración en una opinión pública a la que se le vendió la falsa idea de que fue apresado el enemigo público número uno de la sociedad dominicana.
Tranquilos.- A pesar del alboroto provocado por la recolección de firmas que auspician sectores del PLD y el gobierno que promueven la reelección del presidente Leonel Fernández, los seguidores del licenciado Danilo Medina se mantienen tranquilos, fieles a su estrategia de evitar cualquier tipo de confrontación con el mandatario, y mas que nada convencidos de que la convención que escoja al candidato presidencial peledeísta será un proceso democrático y transparente. Usted podrá creerle o no a Roberto Rodríguez Marchena, portavoz de Medina, pero lo cierto es que las bellaquerías de los reeleccionistas han puesto a prueba de tensión su capacidad de aguante, permitiéndole mostrar una firmeza de propósitos que ojalá le dure hasta el final de la batalla, pues todo parece indicar que esas bellaquerías arreciarán en los días por venir.