Qué  se dice

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Daño colateral.-  Yesenia Herrera, de 28 años, estaba sentada dentro del  carro de su cuñado, quien en ese momento compraba una batería en un comercio cercano, cuando una bala artera le destrozó el cerebro y le robó la vida.

 Las autoridades han descrito el incidente en el que murió la joven como una “confusión”, pues al parecer fue víctima de un fuego cruzado entre un agente policial que servía de custodia a un mensajero de una empresa remesadora de divisas y  dos patrullas de la DNCD que creyó intentaban atracarlos, pero cualquier explicación, aclaración o justificación será siempre insuficiente para sus deudos y dolientes, abatidos e inconsolables  ante lo irremediable.

 Por supuesto, la absurda muerte de Yesenia terminará engrosando las alarmantes estadísticas que retratan con toda crudeza la gravedad del problema de violencia e inseguridad que sufre la sociedad dominicana, y es probable que se le catalogue, como si hubiera muerto en una cruenta guerra, como un “daño colateral”. Y luego vendrá, inevitablemente, “el olvido que todo destruye”, en tanto otros seguirán cayendo a manos de algún delincuente o un policía (no hay muchas diferencias, salvo el uniforme,  entre uno y otro)  sin que ninguna autoridad –he ahí el terrible drama de nuestra indefensión– pueda dar garantías de que la próxima víctima no seré yo,  usted, su vecino, o un familiar cercano, pues todos estamos dentro del globo y a cualquiera le puede tocar el premio fatal.

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