El éxito del Metro.- Ni siquiera los más recalcitrantes críticos de la construcción del Metro de Santo Domingo se atreverían a regatear, poco más de una semana después de su entrada en operación, los ostensibles beneficios que ha traído al caótico y arrabalizado sistema de transporte público de pasajeros, como lo demuestra el entusiasmo conque el moderno sistema de transporte ha sido recibido por sus usuarios, que ahora se trasladan en menor tiempo a sus destinos, con mayor confort y seguridad y, sobre todo, sin la necesidad de someterse a los vejámenes y humillaciones de los choferes del concho y las famosas voladoras, sin dejar de mencionar los efectos colaterales como han sido las rebajas que se han producido en los precios de los pasajes en los minibuses y carros públicos que cubren la misma ruta, en un esfuerzo por evitar que la competencia del Metro los saque definitivamente del negocio.
Por eso no es de extrañar que haya sido recibido con tanta complacencia por parte del gran público el anuncio del ingeniero Leonel Carrasco, sub director de la Opret, de que en unos meses el gobierno iniciará la construcción de seis nuevas líneas, pues el éxito que ha tenido el tan criticado Metro es su mejor propagandista, como nadie debe sorprenderse tampoco de que el principal beneficiario de ese éxito, con todas sus consecuencias políticas, lo sea el presidente Fernández.
Falencias democráticas-. Hay que decirlo sin darle muchas vueltas ni entrar en análisis innecesarios: los recurrentes rumores, amagos, conspiraciones y amenazas, por parte de senadores y diputados, de extenderse el período para el cual fueron electos con la manida excusa de unificar las elecciones congresionales con las presidenciales, es la más patente demostración de que la clase política dominicana sigue adoleciendo de lo más importante: de auténticos y verdaderos demócratas.