Famosos en desgracia.- Como dije una cosa digo la otra. Si bien es verdad que el sometimiento a la justicia de ciudadanos famosos acusados de maltratar a sus parejas ha servido de estímulo para que muchas mujeres abusadas reúnan el valor suficiente para querellarse contra sus verdugos, también lo es que la condición de famoso o persona conocida pudiera constituirse, en una sociedad que exige adecuado escarmiento para un delito que se ha convertido en epidemia, en una especie de prejuicio que en la práctica anule el derecho a la presunción de inocencia que ampara a todo imputado de ese o cualquier otro delito. No estoy diciendo aquí, léase bien, que el pelotero Willie Aybar, el ex senador Tonty Rutinel o el ex presidente de la DNCD Iván Peña Castillo son inocentes o que no merecen el tratamiento que han recibido de la justicia, pues no  seré yo quien juzgue a nuestros jueces en materia tan controversial y   delicada. Simplemente advierto, y que se me perdone el atrevimiento “jurídico”, ante  la posibilidad de que convirtamos a gente conocida o  famosa que se vea envuelta en cierto tipo de delitos en chivos expiatorios de las insuficiencias y debilidades del sistema de administración de justicia, aplicándoles, como una forma de compensar esas deficiencias y debilidades,  “todo el peso de la ley” y tal vez  un poquito mas. Es cuanto.