Marcando distancia.- El presidente Danilo Medina sigue dando demostraciones de que su librito es muy distinto al de su antecesor, del que cada día, con su estilo y accionar, se distancia más. La decisión del mandatario de no participar directamente en el reparto de alrededor de 800 mil canastas navideñas que hará el Plan Social de la Presidencia, ni de utilizar su imagen, con propósitos clientelistas, en esas canastas, puede interpretarse como un rechazo hacia esos métodos, marca de fábrica del doctor Leonel Fernández.
No faltarán los cazafantasmas, esos que ven conspiraciones en cada crítica que se hace al Gobierno, que vean en estos comentarios el propósito de sembrar cizaña entre los dos principales líderes del peledeísmo, pero para eso ni uno ni otro requieren de mi ayuda. Y digo más: la dinámica de los acontecimientos los distanciará aún más, en la medida en que Medina consolide su control de los resortes del poder, y eso le permita deshacerse del pesado lastre que representan algunas figuras de la pasada administración que resultan francamente odiosas.
Autoengaño.- En otros tiempos hubiéramos utilizado la expresión como caña pal ingenio, y hoy día la que han popularizado los jóvenes –en bola de humo–, pero estaríamos hablando de lo mismo: del tratamiento que se le dará en el Congreso Nacional al proyecto de Presupuesto General del Estado para el 2013. Como manda el ritual legislativo el proyecto fue enviado a estudio de una comisión bicameral, pero se trata tan solo de un simple trámite para llenar un requisito; o mejor dicho: para cumplir un mandato inapelable del Poder Ejecutivo de aprobarlo tal como llegó. Y después salimos a decir por ahí, con esa capacidad que tenemos de engañarnos a nosotros mismos, que esta es una democracia donde impera la separación de los poderes públicos. ¡Mentira!