El PRD en su laberinto.- No hay que ser analista ni politólogo para coincidir con el excandidato a la Vicepresidencia del Partido Revolucionario Dominicano, el economista Luis Abinader, quien señala al expresidente Leonel Fernández Reyna como el principal beneficiario de las garatas internas que mantienen postrado al partido blanco, diferencias que podrían profundizarse aún más con la amenaza de expulsión contra el expresidente Hipólito Mejía, Andrés Bautista, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez de parte del grupo que dirige y controla el ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
Tampoco hay que ser experto en nada para saber quién es, a la postre, la principal perjudicada de la incurable vocación autodestructiva del PRD: la democracia dominicana, trabada en un unipartidismo de facto que, a falta de una oposición política fuerte y crítica que sirva de contrapeso al afán oficialista de controlarlo todo, ha puesto las principales instituciones del Estado en manos del PLD y su dirigencia.
Lo más triste y doloroso es que muchos perredeístas están conscientes, sobre todo entre su dirigencia alta y media, de esa lamentable situación, aunque vale aclarar que están atados de manos debido a que no tienen ni la fuerza institucional ni el liderazgo para hacer lo que hay que hacer para que el PRD, cual Lázaro tocado por una mano milagrosa, regrese de entre los muertos para jugar el papel que está llamado a jugar.
Pero lo más frustrante para la familia perredeísta es que su enemigo más poderoso y recalcitrante no es el doctor Leonel Fernández y el PLD, ciertamente los principales beneficiarios, como nos recuerda Abinader, de su inacabable crisis, sino aquellos que conspiran desde dentro, desde sus propias entrañas, dispuestos a provocar otro cisma divisionista con tal de imponer su voluntad y megalomanía.