Divididos y vencidos.- Mientras el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicano, dice apoyar las huelgas y protestas de la población contra las alzas de los combustibles y los alimentos por entender que se trata de un derecho legítimo del pueblo, el ex presidente Hipólito Mejía se opone de manera tajante, pues considera que en esas protestas y huelgas los más perjudicados son siempre los más jodíos. La discrepancia, por supuesto, llama la atención hasta del observador más despistado, pues se trata de los dos principales líderes del mayor partido de oposición del país, pero también el de mayor historia y tradición de lucha junto al pueblo y sus causas, acompañándolo hombro con hombro en sus grandes batallas por la libertad y la democracia dominicana.
¿A quién deben escuchar los perredeístas en momentos en que el gobierno comienza a enfrentar dificultades a causa de los incrementos de precios de los alimentos y los combustibles; al MVP que se enseñorea en el nuevo PRD donde es ley, batuta y constitución o al siempre atípico Papá resurgido de sus cenizas políticas? ¿Cómo saber, escuchándolos expresar opiniones tan distintas, cuál es la mejor estrategia para hacerle oposición al gobierno del PLD y reconquistar el favor del electorado y, por vía de consecuencia, también el anhelado poder? Es evidente que se trata de señales confusas y contradictorias, tanto hacia dentro como hacia fuera del partido del célebre jacho prendío, y ni hablar de que vuelve a hacer patente la profunda grieta que divide a los perredeístas en la carrera por la candidatura presidencial, tan grande como la distancia que los separa del poder, y todo porque buena parte de su liderazgo sigue empeñado en demostrarle al mundo que el principal enemigo del PRD no es Leonel Fernández, la odiosa reelección y sus corifeos o el rampante clientelismo al que tanto provecho le ha sacado el gobierno sino el propio PRD.