Qué se Dice
Abstención

Qué se Dice <BR><STRONG>Abstención</STRONG>

Es previsible que de aquí al 16 de mayo se multipliquen las exhortaciones públicas a la ciudadanía para que acuda masivamente a las urnas este 16 de mayo, desde las que invocan el sagrado deber cívico hasta las que piden considerar el sufragio, como ha sido el caso de monseñor Agripino Núñez Collado, como «un acto de amor a la Patria y a la democracia dominicana», y todo eso en medio del sobresalto y los dimes y diretes de los políticos, más intensos, virulentos y descompuestos en la medida en que se acerca el plazo fatal. Pero al igual que esos oportunos recordatorios para que la gente participe del ritual más importante de la democracia, que ejerza su derecho, a través del voto, de elegir libremente a quienes le representarán en el Congreso y los ayuntamientos, han estado presentes también los llamados a las abstención como una forma de «castigar» a quienes, desde el gobierno, han defraudado las esperanzas colectivas, un predicamento que, para sorpresa de muchos, no proviene esta vez de la izquierda recalcitrante, atomizada y derrotada por la historia que pulula por ahí, sino nada mas y nada menos que de un ex presidente de la Junta Central Electoral.

¿Hasta cuándo?

  Durante su participación en el Almuerzo Semanal del Grupo Corripio el ingeniero Ramón Alburquerque, presidente del Partido Revolucionario Dominicano, dijo una gran verdad, de esas que no necesitan -por evidentes- pasar la prueba de la demostración. En República Dominicana, contrario a lo que ocurre en gran parte del continente latinoamericano, los políticos gozan todavía de suficiente credibilidad como para que la democracia pueda seguir funcionando mas o menos dentro de ciertos parámetros, pues los dominicanos y las dominicanas siguen participando en forma masiva en los procesos electorales, se integran y participan, por las razones que sean, en las rumbosas campañas electorales que caracterizan nuestra democracia tropical, y de alguna manera siguen confiando en los políticos los cambios que desean ver realizados en la sociedad en la que aspiran vivir junto a sus hijos y descendientes. No dijo el ingeniero Alburquerque, tal vez porque no lo sepa, cuánto tiempo seguirá siendo así, sobre todo si seguimos por el camino que vamos. ¿Verdad que sí, monseñor?

Coherencia

  La coherencia -¿por qué será?- no suele ser una cualidad que abunde mucho entre nuestros políticos, por lo que no hay mas remedio que felicitar al secretario general perredeísta, Orlando Jorge Mera, por desvincular a su partido de la campaña sucia contra el senador por Salcedo Alejandro Santos, en la que se le acusa de haber recibido diez millones de pesos para pasarse a las filas del PLD. Y, más que nada, por marcar distancia de quien ha sido el principal promotor de esa campaña, el ex presidente Hipólito Mejía, a quien se atribuye ser, junto al PPH, el «nuevo dueño» del PRD. Habrá quien diga, con razón o sin ella, que Jorge Mera ha querido sacarle el cuerpo a la chapucería montada alrededor de los supuestos cheques recibidos por el senador Santos y el diputado perredeísta Juan Roque Jerez, pero también hay que señalar que no otra cosa habría que esperar de quien obligó al PLD a retirar la campaña en la que aparecía su madre, doña Asela Mera de Jorge, tras exigir de manera pública mayor respeto para su familia.

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