Qué se dice
Aclaración innecesaria

Qué se dice <BR><STRONG>Aclaración innecesaria</STRONG>

En realidad, no hay nada que aclarar. Y es que poco importa que la “Otra Feria” que pretendía montar un grupo de jóvenes en el parquecito Duarte de la Zona Colonial fuese de izquierda o derecha, católica o evangélica, heterosexual o “gay”; se trataba, sencillamente, del ejercicio de un derecho constitucional, el de la libre expresión, que no debió ser conculcado bajo ningún pretexto o excusa, ni siquiera con la infinita estupidez de la que a veces hacen galas los gobiernos cuando los ciega la prepotencia de creerse en posesión de la única verdad. Salen por tanto sobrando las precisiones de uno de sus organizadores, el joven Luis Rosario Gratereux, quien señala que no se trata de un movimiento izquierdista sino de “un esfuerzo ciudadano por pedir atención a las prioridades del país”, pues quien ha fallado aquí, y de manera vergonzosa, ha sido un gobierno que sigue teniendo problemas para acompañar sus prédicas democráticas con las consecuentes acciones.

De vuelta a las andadas

  Pero si malo ha sido impedir la celebración de la ya famosa “Otra Feria”, un logro de mercadeo envidiable para un evento que desde ya promete ser un éxito de público, peor es que no aparezca nadie, desde ninguna instancia oficial, que asuma la responsabilidad por haber impartido “las órdenes superiores” que dijo cumplir el oficial al que se le encomendó la ingrata y tarea de impedir, macana en mano, su montaje y celebración. El secretario de Interior y Policía, el doctor Franklyn Almeyda, se desligó de la prohibición, y lo mismo hizo el vocero de la Presidencia, el periodista Rafael Núñez, quien desvinculó al gobierno de la repudiada acción. Tal parece que la conocida gatica de María Ramos, la que tira la piedra y esconde la mano, ha vuelto a hacer de las suyas.¿O ya se les olvidó que todavía no se sabe, oficialmente al menos, quién envió al Congreso el contrato de la isla artificial?

La punta del iceberg

  Nadie quisiera incurrir en el error de no tomar suficientemente en serio al director de la Oficina de Información, Análisis y Estrategia de la Presidencia, Carlos Dore Cabral, cuando advierte sobre la posibilidad de que oscuras e innominadas fuerzas estén apostando a la desestabilización del país, pues a un funcionario tan próximo al presidente Fernández hay que prestarle atención cuando se pronuncia públicamente sobre un tema tan escabroso, mucho mas si, contrario a como ocurría en la anterior administración peledeísta, a ese funcionario se le siente muy poco en los medios de comunicación echándose encima todos los pleitos del gobierno. Pero podría estar ocurriendo que donde el conocido sociólogo y politólogo ve una conspiración para desestabilizar, como la propuesta de extender a seis años el período presidencial, las proclamas reeleccionistas en los actos públicos o la propia prohibición de la “Otra Feria”, sea en realidad simple torpeza política, como piensa el doctor Vincho Castillo, o producto, como aseguran quienes dicen estar al tanto de la situación interna peledeísta, de las sordas pugnas que se libran en torno a la candidatura presidencial, de la que la rumoreada renuncia del influyente Danilo Medina es tan solo la punta del enorme iceberg que se agita en sus entrañas pugnando por salir.

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