QUE SE DICE
Algo está fallando

QUE SE DICE <BR>Algo está fallando

Si el gobierno estuviera llevando bien las cuentas de las opiniones, tanto de apoyo como de rechazo, de los distintos sectores e instituciones de la vida nacional a la construcción del Metro de Santo Domingo, debería empezar a preocuparse o ir pensando en hacer algunos ajustes en su estrategia de convencimiento. La página que publicó ayer la oficina del Metro en prácticamente todos los periódicos del país no puede ser más ilustrativa del pobre apoyo recibido hasta ahora, y ya hay quien piensa que se incurrió en un error precipitándose a publicar una relación tan pobre de endosos a la controversial iniciativa. Si se tratara simplemente de contabilizar esos apoyos y rechazos, lo que los expertos llaman una auditoría de opinión pública, sería muy fácil para el gobierno saber que muy pocos sectores consideran esa obra oportuna o prioritaria. Ese no es el caso, lamentablemente, pues según todas las evidencias la construcción del Metro nunca ha estado sujeta a discusión o consenso, como lo demuestra el hecho de que el ingeniero Diandino Peña, su principal promotor, no anda por ahí pidiendo opiniones o haciendo consultas sino convenciendo, como todo buen vendedor, de las bondades de un proyecto que para colmo nos vendieron hace tiempo y ni siquiera nos pidieron permiso.

El que no da…
Pocos analistas políticos del patio hubieran sido capaces de predecir, con todo su poder de clarividencia, que transcurridos apenas seis meses de su salida del poder el ex presidente Hipólito Mejía estaría en las primeras planas de los periódicos cono válido interlocutor del gobierno, nada mas y nada menos que formulando críticas a su política económica. ¿A qué atribuir la milagrosa resurrección del hombre que salió del poder con el baldón de ser el principal responsable de una de las peores crisis económicas que recuerde nuestra historia? Eso habrá que dejárselo, para no invadir territorios ajenos, a politólogos y demás estudiosos de nuestra compleja realidad social, siempre dispuestos a entretenerse en conjeturas y especulaciones. En los activos mentideros políticos criollos, sin embargo, donde las cosas se analizan sin buscarle muchos periquitos, prima ya una teoría: el mamoneo del gobierno para marcharle a los expedientes de corrupción del anterior gobierno, que tanto se sazonaron durante los primeras semanas de la presente administración, ha terminado envalentonando a quienes deberían estar hoy, por razones obvias, con el rabo entre las piernas y en estricto bajo perfil. Y es que en política, al igual que en boxeo, al que no da le dan.

Como los monos
Como los políticos, al igual que los monos, se imitan unos a otros, no ha pasado mucho tiempo para que la actitud del expresidente Mejía contagie a uno de sus más fieles seguidores, como es el caso del ingeniero Eligio Jáquez, ex secretario de Agricultura, quien acaba de salir en defensa de los productores de arroz del país, a los que dijo ha caído como un «balde de agua fría» la decisión del gobierno de importar 900 mil quintales del cereal. ¿Se tratará del mismo Eligio Jáquez al que esos mismos productores de arroz llegaron a considerar su principal enemigo, sobre todo después de la quema arbitraria de varias plantaciones en el Nordeste, para lo que se hizo acompañar hasta de tropas militares? El mismo que viste y calza, pero que también sabe, porque ha vivido suficiente tiempo en este país, que un pueblo sin memoria es el paraíso de cualquier político.

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