Qué se dice
Aplatanado

Qué se dice <BR><STRONG>Aplatanado</STRONG>

Por su condición de diplomático, representante en el país de su santidad el Papa Benedicto XVI, al nuncio apostólico Timothy Broglio se le tenía -como era de esperarse- como un hombre prudente y comedido a la hora de hacer pronunciamientos públicos, pero tal parece que con el tiempo ha ido poco a poco aplatanándose, cogiéndole confianza al público, y ya se le escucha y ve opinar con mucha soltura de temas para nada divinos y mucho menos diplomáticos, como el alto costo de nuestras campañas electorales, la independencia de los jueces de la Junta Central Electoral o la necesidad de que cualquier reforma a la Constitución se haga por consenso. Visto el protagonismo en la vida nacional de monseñor Agripino Núñez Collado, el mediador por excelencia de nuestros inacabables conflictos y garatas, o el enorme peso que en la opinión pública tiene el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y su flamígero verbo poniendo a cada quien en su sitio, no hay porqué cargarle demasiado el dado a monseñor Broglio, pues muy bien lo dice el refrán: «Al país que fueres, haz lo que vieres».

Pataleo en Nagua

  En Nagua, municipio cabecera de la provincia María Trinidad Sánchez, muy poca gente ha vuelto a dormir tranquila desde el domingo pasado por culpa de la gran cantidad de disparos y la detonación de bombas caseras en horas de la noche y la madrugada, en protesta por los resultados electorales que dan como ganador de la senaduría al perredeísta Jesús Antonio Vásquez, Chú. El lunes, en el segundo día de protestas, los antisociales incendiaron neumáticos y arrojaron basura a las calles, mientras patrullas mixtas del Ejército y la Policía Nacional patrullan las calles pero sólo se limitan a apagar los neumáticos o a recoger la gran cantidad de basura y desperdicios. Y es eso, precisamente, lo que más preocupa de la explosiva situación que se reporta desde Nagua: no hay una sola persona detenida hasta ahora a causa de esas «protestas», como si fuera verdad lo que denunció ayer el senador electo, quien acusa al PLD y al Gobierno de promover ese violento pataleo tras su derrota en las urnas.

Autocrítica

  Llámelo reciclaje, renovación, recomposición o simple y sencillamente -como decimos por aquí- un buen lavado de cara, pero lo cierto es que muy pocos perredeístas dudan a la hora de recomendar la receta a tono con el momento por el que atraviesa El Glorioso, obligado a someterse a un profundo proceso de revisión y autocrítica si desea salir fortalecido de la amarga experiencia electoral -pataleo incluído- por la que acaba de pasar. Pero quien escucha al ingeniero Ramón Alburquerque, presidente del PRD, hablar de lo que, desde su punto de vista, ocurrió realmente el 16 de mayo pasado, llega necesariamente a la conclusión de que tanto el doctor Virgilio Bello Rosa como el empresario José Antonio Najri, o cualquier otro que tenga a bien sugerir una recapitulación dentro del PRD, están perdiendo miserablemente su tiempo, pues la primera condición para una autocrítica sincera es reconocer que se actuó mal o que se cometió un error.

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