QUE SE DICE
Armonía social

QUE SE DICE <BR>Armonía social

¡Albricias! A partir de este momento la llevada y traída gobernabilidad, la misma que nos sale hasta en la sopa, tiene un nuevo nombre, otra forma de invocarla: armonía social. El mérito del hallazgo, justo es decirlo, hay que atribuírselo al presidente Fernández, quien lo ha utilizado como argumento para justificar la decisión del gobierno de mantener el subsidio al gas propano, cuya eliminación se consideraba una exigencia del Fondo Monetario Internacional.

La medida, que importantes medios de prensa han comparado con la desactivación de una peligrosa bomba social, ha llevado justificado regocijo a choferes, transportistas y propietarios de yipetas y otros vehículos de lujo, que podrán seguir usurpando un privilegio que no fue concebido para ellos, pero llevará también tranquilidad a miles de familias pobres que no están en condiciones de pagar un solo centavo mas por el combustible. ¿Otro gesto de debilidad del gobierno ante la capacidad de chantaje de choferes y transportistas? Eso podría discutirse, siempre según el cristal conque se mire. Lo que no está en discusión, sin embargo, es que la eliminación del subsidio al GLP acarrearía un costo político que, por ser demasiado oneroso, el gobierno se niega a pagar en las actuales circunstancias, sobre todo porque constituiría un obstáculo insalvable a sus propósitos de cambiar de manera radical, en las elecciones congresionales y municipales del año próximo, la composición de las cámaras legislativas, dominadas por el opositor Partido Revolucionario Dominicano, alias El Glorioso.

Justicia justa

Sin querer queriendo, como decía El Chavo del Ocho, el doctor Jorge Subero Issa, presidente de la Suprema Corte de Justicia, ha dejado caer sus críticas a las actuaciones del Ministerio Público, en lo que se refiere a la divulgación de informaciones relativas a procesos que aún se encuentran bajo su investigación. El magistrado Subero considera que la publicación de esas informaciones vulneran de algún modo la presunción de inocencia a la que tiene derecho todo imputado, pues arroja dudas y cuestionamientos sobre su honra que luego resulta muy difícil revertir en caso de que el acusado sea finalmente descargado de responsabilidades en los tribunales. Las observaciones del doctor Subero, por venir de quien vienen, no solo son oportunas sino también pertinentes, y ojalá sean tomadas como lo que parecen ser: una crítica constructiva a nuestro sistema de Justicia, que solo podrá mejorar en la medida en que sea, perdonándonos la inevitable redundancia, todo lo justa que pueda ser.

Policía y ciudadanía

Quizá no quieran, por tacto o educación, llamar a las cosas por su verdadero nombre, pero alguien debe atreverse a decirlo sin darle más vueltas: a lo que residentes en los alrededores del Parque Mirador Sur se oponen no es a la instalación, pura y simple, de un nuevo cuartel de la Policía Nacional en terrenos de ese parque, sin duda necesario en una zona acosada por la delincuencia, sino a la capacidad de arrabalización de la llamada institución del orden una vez se instale en un área mucho más amplia que la que ahora ocupa. Puede tratarse, quién lo duda, de un exceso de celo de esas personas, que no desean que se degrade el entorno de una de las zonas, urbanísticamente hablando, más exclusivas y costosas del Distrito Nacional, pero independientemente de que esa gente tenga razón o no el episodio debe ser interpretado por la Policía como otra evidencia mas del poco aprecio que tiene la ciudadanía por la institución llamada a protegerla, algo que debe ser motivo de honda preocupación para quienes la integran y dirigen. ¿Verdad que sí, general?

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